Cómo transformar una buena práctica en un hábito

Cuando queremos adquirir un nuevo hábito, el objetivo es que sea duradero en el tiempo. En post de hoy hablaremos de cómo conseguirlo, es decir, cómo hacer para que aquellas buenas prácticas aisladas se transformen en un hábito.

  • ¿Qué es un hábito?
  • Pasos a seguir para la adquisición de un hábito
  • Recomendaciones para tener éxito.
  • La práctica.

¿Qué es un hábito?

Un hábito es un comportamiento que, a base de repetición, se interioriza como forma natural de comportamiento.

Adquirir un hábito requiere tiempo y práctica, enfocarte en corto, plantear metas alcanzables y realistas.

Por ejemplo, como te gustaría que tu hijo extrapolara los hábitos adquiridos en el campamento, lo ideal es que elijas por prioridad. Puedes intentar que alguna de esas nuevas prácticas, se transforme en un hábito.

Lo primero a tener en cuenta es que debemos ser realistas, es decir, debemos ser conscientes de que no podemos abarcarlo todo a la vez, pero sí podemos abarcar poco a poco.

Por ejemplo, si quieres empezar a cuidarte y no estás acostumbrado a hacer deporte, será mejor que comiences entrenando dos veces por semana, para luego ir aumentando, de esta forma, las probabilidades de éxito serán mayores y no te frustrarás por haber puesto objetivos prácticamente inalcanzables.

Cuando intentamos abarcar más de lo que estamos preparados psicológicamente, el objetivo puede tambalearse.

Pero en el caso de los niños es distinto, normalmente, no son ellos quienes deciden adquirir un hábito, sino que, poco a poco, a través de la educación y de los modelos, van adquiriendo ciertos hábitos. Los adultos les podemos guiar en este aprendizaje y fomentar la adquisición de determinados hábitos.

Te vamos a poner un ejemplo de los hábitos en los niños: Si tu hijo ha sido más autónomo y responsable con sus cosas, ha hecho su cama, guardado su ropa, etc. a lo largo de su estancia en el campamento de verano, lo ideal sería que esos hábitos los extrapolara al día a día, pero no podemos pretender que al llegar a casa esos hábitos estén cien por cien adquiridos, recuerda que el lugar en el que se desarrolle el hábito también influye. Por ejemplo, en el campamento todos los niños lo hacían, pero en casa está él solo y es sólo su responsabilidad.

Pasos a seguir para adquirir un hábito.

La adquisición de un hábito constituye el aprendizaje de una nueva conducta, una nueva forma de comportamiento. Por lo tanto, requiere un proceso de aprendizaje.

Ahora te mostramos los pasos a seguir para adquirir un hábito:

  • Elegir la práctica que quieres que se convierta en un hábito.
  • Planificar cuándo se va a llevar a cabo la práctica.
  • Practicar, practicar y practicar. Como te decíamos antes, la adquisición de un nuevo hábito requiere tiempo y práctica.
Recuerda: para realizar cambios, es recomendable ir poco a poco. No podemos pretender adquirir todos los hábitos deseables “de golpe”. Planifica, sirve de modelo y fomenta la práctica.

Recomendaciones para tener éxito.

Te dejamos algunas recomendaciones que harán de esa adquisición todo un éxito:

  1. Asociar la práctica a algo positivo, es decir, rodea a tu hijo de estímulos que le motiven a llevar a cabo la práctica.
  2. Reforzar a tu hijo cuando realice esa práctica.
  3. Felicítale cuando consiga el objetivo, si puedes hacerlo delante de otras personas, ¡mucho mejor! El refuerzo social es muy poderoso.
  4. Ayudarle o “dale un empujoncito”. Cuando veas que está más cansado, que no tiene ganas, etc. Comprende que está en pleno proceso de aprendizaje.
  5. Mantener el objetivo en el tiempo.
  6. ¡Enhorabuena, ya tiene el hábito adquirido!

La práctica.

¡Vamos a poner todo esto en práctica con un ejemplo y siguiendo los pasos y las recomendaciones!

  1. Que: Me gustaría que mi hijo adquiriera el hábito de hacerse la cama.
  2. Cuando: Todos los días antes de desayunar, en caso de que decida hacer la cama, podrá elegir el desayuno.
  3. Refuerzo: En caso de que cumpla el objetivo satisfactoriamente le felicitaré.
  4. Ayudarle: Si está algo cansado o intentando escurrir el bulto intentaré motivarle y ayudarle a conseguirlo e incluso ayudarle un poco.
  5. Práctica: Una vez vea que la conducta se va interiorizando y automatizando, iré poco a poco dejando de supervisar que esté cumpliéndolo y, en caso de que algún día no lo haga continuaré reforzando.

Muchas veces pensamos que adquirir un hábito es muy complicado, y si, tiene su parte de complicación, sobre todo dependiendo del hábito a conseguir.

Pero si sabes cómo hacerlo y te planificas, ¡verás como tu hijo lo consigue!

¿Te animas a probar la práctica de una conducta para transformarla?

¡Te deseamos mucha suerte!

Las buenas y las malas influencias

A los padres y madres nos preocupan con quien van nuestros hijos. Quisiéramos que sus amigos y amigas sean todos una buena influencia y no al revés. ¿Podemos evitar que nuestros hijos caigan en manos de malas influencias?¿Cuándo preocuparnos? ¿Debemos intervenir?

Cuando nuestros hijos comienzan a asistir a la guardería y a la escuela, los amigos y amigas que ellos hacen se convierten en sus primeras relaciones sociales fuera del entorno familiar que les es conocido.

Les permite entre otras cosas conocer a pares que piensan diferente y que tienen formas de ser distintas a la que ellos poseen, que cada uno tiene características que los hacen ser únicos y que pueden convivir y pasarlo bien aun cuando no siempre estén de acuerdo en todo.

Dependiendo del carácter de cada niño o niña, habrá quienes sean líderes y quienes prefieran pasar más inadvertidos. El reconocer estas diferencias los ayuda a adaptarse y a probar diversas formas de resolución de conflictos.

Es también una etapa muy vulnerable, porque dependiendo de las experiencias que posean en diversos contextos, tendrán desafíos emocionales diferentes y con ellos diversas estrategias de enfrentar el estrés y la ansiedad. Esto puede dar pie a que en ciertas circunstancias algunos niños o niñas puedan de cierta manera “liderar” el estilo de moverse entre su grupo de amigos, e influir con más intensidad en la personalidad de nuestros hijos llevándoles a realizar conductas que no son del todo originales en ellos, y que den la sensación de ser más bien imitaciones.

¿Cuándo debemos preocuparnos?

Debemos preocuparnos si comenzamos a detectar un comportamiento distinto en nuestros hijos, algo que se aleje de su forma de ser habitual, y que pueda causarle bien tristeza, frustración, estrés o ansiedad, o conductas tipo bajo rendimiento escolar, vocabulario más grosero, que esté siendo más reactivos o impaciente, por nombrar algunos.

¿Qué podemos hacer para prevenirlo?

  • Lo primero es crear un vínculo afectivo positivo con nuestros hijos que potencie la confianza, el respeto y la comunicación, para que se sientan cómodos de poder compartir lo que les pasa y lo que sienten.
  • Darle, en la medida de lo posible, el máximo de oportunidades sociales positivas diversas. Que pueda participar en diferentes grupos o experiencias que le ayuden a establecer diferentes relaciones sociales.
  • Interesarnos en las actividades sociales que realizan nuestros hijos, para que como adultos seamos un ejemplo de buena convivencia entre ellos.

¿Debemos intervenir ante casos de malas influencias?

La respuesta es sí, pero no de forma dictatorial. Es decir, no es recomendable prohibir al niño o niña ir con determinados amigos de la noche a la mañana, sino que debemos hacer el trabajo más lento pero más efectivo, de conseguir hacer ver a nuestros hijos por qué esas amistades pueden no serle convenientes.

Algunas estrategias que te pueden ayudar son:

  • Pon límites a los contactos con esas amistades peligrosas. Puedes hacerlo restringiendo la cantidad de encuentros o pedir que los encuentros tengan lugar en un entorno que puedas controlar, como por ejemplo, tu propia casa .
  • Ante una actitud de mal comportamiento del amigo o amiga, comenta abiertamente con tu hijo por qué censuras esa conducta. Explícale las posibles malas consecuencias
  • No pierdas la confianza en tu hijo. Hazle saber que cuenta con ella.
  • Motívale a que se relacione con otros niños o niñas.

Estos pequeños gestos, acompañados de mucha paciencia, te aseguramos ¡darán sus frutos!. Habrás ayudado a tu hijo o hija a avanzar un peldaño más en cuanto sus habilidades sociales.

¿Por qué es tan importante el ejemplo en los niños?

Los niños son como esponjas, LO ABSORBEN TODO.

¡Lo habrás escuchado cientos de veces! Y es que es así, tanto tú como el resto de los adultos de referencia que le rodean, influyen sobremanera en el aprendizaje social, emocional y conductual de los niños.

La observación, imitación y modelaje, son determinantes en el aprendizaje y desarrollo de los niños. Por eso en el post de hoy vamos a hablar de:

  • ¿Cómo se da el aprendizaje? Teoría del aprendizaje social.
  • Influencia de los adultos de referencia en el aprendizaje del niño.
  • ¿Por qué no atiende a las instrucciones verbales, si sabe lo que tiene que hacer?
  • La importancia de conocer cómo aprenden a nivel social.

¿Cómo se da el aprendizaje? Teoría del aprendizaje social.

En primer lugar, empecemos por explicar cómo se da el aprendizaje.

El aprendizaje está influido por diversos factores, pero es cierto que la observación tiene un papel muy importante en su desarrollo.

Albert Bandura desarrolló la Teoría del Aprendizaje Social. Una de sus premisas era que, en gran parte, el aprendizaje está basado en la experiencia que adquirimos a través de otras personas (experiencia vicaria).

Tomamos personas como referencia y, sin darnos cuenta, repetimos los comportamientos que vemos en esas personas. Esto no implica que imitemos absolutamente todos los comportamientos que vemos, pero sí los observamos, memorizamos y, finalmente, evaluamos si vamos a adoptar esa conducta.

Influencia de los adultos de referencia en el aprendizaje del niño.

La teoría de Bandura confirma que los niños aprenden a través de la observación e incluso a través de instrucciones verbales y no solo de la propia experiencia. Eso sí, los estados mentales son fundamentales para que se dé este aprendizaje, con la presencia de la motivación tanto extrínseca (motivación proveniente del exterior) como intrínseca (motivación interna, propia de la persona), esta última vinculada al orgullo, la sensación de logro, etc.

Sabiendo esto, por supuesto que todos los adultos referentes de un niño, influimos en el aprendizaje y comportamiento en la medida en que enseñamos a través de nuestros actos: cómo actuamos frente a distintas circunstancias, cómo afrontamos y gestionamos emocionalmente determinadas situaciones y cómo actuamos frente y hacia los demás.

¿Por qué no atiende a las instrucciones verbales, si sabe lo que tiene que hacer?

Una de las grandes preguntas es: ¿por qué el niño o niña no hace caso si sabe cómo o qué tiene que hacer? Como comentábamos anteriormente, para que se dé el aprendizaje, no solo se tiene que dar la experiencia, la observación o las instrucciones verbales, sino que influye la motivación. La motivación es una de las claves para que se dé el aprendizaje o ese aprendizaje se afiance.

Vamos a poner unos cuantos ejemplos en relación con el aprendizaje del niño basado en modelos de referencia:

– El papá o la mamá suelen ir siempre con prisa y se enfadan si hay un atasco y llegan tarde al trabajo, al cole o a cualquier sitio… ¿qué es más probable que desarrolle ese niño frente a situaciones que provoquen la demora en sus deseos o frente a imprevistos?

Lo más probable será que ese niño haya aprendido, a través de la experiencia vicaria, que es un motivo de enfado o frustración. Por lo tanto, cuando se demoren sus deseos puede desarrollar comportamientos no deseables (cuando no consigue lo que quiere, se enfada).

Y pensarás: “no tiene por qué suceder esto”. Y tienes toda la razón, también depende del niño, como decíamos antes, no somos autómatas y no adoptamos absolutamente todos los comportamientos que vemos en nuestros adultos de referencia, pero la presencia de ciertas conductas o comportamientos a nuestro alrededor, aumentan la probabilidad de adquirirlos.

– Otro ejemplo. Todos los días te encuentras con gente en el ascensor y das educadamente los buenos días o buenas tardes según corresponda, teniendo en cuenta que la consecuencia de dar los buenos días o las buenas tardes es agradable, teniendo un feedback inmediato de la persona a la que se saluda. ¿Qué es más probable que haga tu hijo? Lo más probable es que adopte ese tipo de comportamiento.

La importancia de conocer cómo aprenden a nivel social.

En UpSoftSkills, especialistas en habilidades blandas en los niños, consideramos realmente importante y urgente que todos sepamos cómo se da el aprendizaje a nivel social, para así ser consecuentes con nuestros actos y fomentar buenos comportamientos (siempre teniendo en cuenta la etapa del desarrollo en la que se encuentren nuestros hijos).

Por otro lado, conforme nuestros hijos van creciendo, irán adoptando otros modelos. Probablemente las actitudes o comportamientos que adopten ya no dependerán tanto de nosotros, pero les servirán de base para sus relaciones sociales futuras. En esta etapa sí podemos ayudarles a distinguir entre lo correcto e incorrecto y a no “dejarse llevar por las masas”.

A partir de la adolescencia se hace especialmente importante que puedan tener un pensamiento crítico, que les permita filtrar y analizar la información que reciben. Tal es la relevancia que le vemos, que hemos dedicado todo un curso a esto, a ayudar a los niños a desarrollar este tipo de pensamiento: Curso de Pensamiento Crítico para niños.

Consejos para padres de niños con Altas Capacidades

Que los niños con Altas Capacidades presentan excepcionalidad intelectual, probablemente todos lo sabemos. Que en la mayoría de los casos sus extraordinarias capacidades hacen que su compartimiento difiera del de los niños de su edad, también somos conscientes de ello, pero que para aprovechar al máximo su potencial debiéramos como padres y educadores adaptarnos a su forma de aprendizaje, y a cómo funciona su cerebro….. en eso, pues hay menos claridad, ¡y mucho menos práctica!.

En este post te damos 8 consejos para ayudarte a aprovechar el máximo potencial en un niño con Altas Capacidades.

Lo primero, tengamos claro, que los desafíos que enfrentan los niños con Altas Capacidades no son igual a los de la media de niños de su edad.

En palabras de Eduard Punset:

“Los niños con altas capacidades tienen formas diferentes de resolver los problemas, y aprenden de otra manera.

Las formas de aprendizaje repetitivas, memorísticas estandarizadas, el aprender “empollando” y los múltiples ejercicios idénticos, pueden ser útiles para el aprendizaje de los alumnos estándar, o para parte de ellos, pero resulta muy perjudiciales para el superdotado, que aprende descubriendo por sí mismo, investigando a grandes saltos intuitivos, sintiéndose en el dominio de su proceso de aprendizaje auto-regulado, en un amplio ámbito de libertad.”

¿Cuáles son las peculiaridades de los niños de Altas Capacidades?

El Consejo Superior de Expertos en Altas Capacidades les reconoce varias características. De ellas, a nuestro juicio, las más relevantes son:

  • Curiosidad insaciable y preguntas perspicaces.
  • Comprensión rápida e intuitiva de los conceptos.
  • Memoria a largo plazo impresionante.
  • Planteamiento valiente de nuevas formas de pensar.
  • Sensibilidad y perfeccionismo.
  • Intensidad para sentir emociones.

¿Qué podemos hacer como padres o educadores?

Debemos ayudar a los niños de Altas Capacidades a encauzar su talento y aprovechar sus habilidades, y a la vez facilitar su aprendizaje y su desarrollo.

Tengamos en cuenta que algunos de estos niños engrosan las cifras de fracaso escolar, no por falta de capacidad desde luego, sino por falta de motivación y autoestima, terrenos en que como padres o educadores tenemos mucho por hacer.  

Nuestros consejos para padres y educadores:

1. No le fuerces a ser un genio. No pierdas nunca de vista que, aunque tenga un alto nivel intelectual, es todavía un niño.

2. Motívale a asumir riesgos intelectuales, pero sin presionarle. A estos niños les encantan los retos, pero no confundamos “alentar” con “presionar”.

3. Escúchale con atención. Su curiosidad le hace preguntar continuamente sus dudas. Su inteligencia tiene la necesidad de ser estimulada y nutrida. Proporciónale acceso a todo tipo de fuentes educativas, tales como libros, revistas, enciclopedias, ordenadores, internet…

4. Evita los modelos autoritarios. No le impongas obediencia sin razonamiento previo. Evitemos los “porque yo lo digo”, los “porque sí”.

5. Potencia su creatividad. No le reprimas ideas que parezcan absurdas o impracticables. Por el contrario, alaba su originalidad y busca entender las razones detrás.

6. No le exijas en exceso y sé tolerante con sus errores. A pesar de su capacidad, no está obligado a tener las mejores notas de la clase y a tener un comportamiento siempre intachable.

7. Acompáñalo en sus emociones. Recuerda que tienen una aguda sensibilidad.

8. No lo favorezcas o lo elijas para algo simplemente porque sea superdotado. Esto causará celos, resentimiento, alejamiento y rechazo entre sus compañeros o hermanos. De la misma manera, exígele la misma disciplina que a sus hermanos o compañeros.

En UpSoftSkills buscamos fomentar el conocimiento del mundo de las Altas Capacidades.

Cada vez más niños y niñas tienen ese diagnóstico y sabemos que en muchos casos los padres o educadores no saben cómo lidiar con ellos de forma óptima. Queremos compartir la experiencia que nos da el contar con un gran número de alumnos con esta característica.

Creemos que es tarea de todos aprovechar el potencial de todos los niños, sean cuales sean sus peculiaridades.

¿Qué tiene que ver la resolución de problemas con hacer un puzle?

En nuestro afán de enseñar a los niños y niñas de la forma más sencilla posible técnicas para resolver problemas, fue que nos dimos cuenta que el hacer un puzle es un buen símil.

¿En qué se parece el hacer un puzle a resolver problemas y tomar decisiones? ¡Te lo contamos a continuación!

Te puede servir para orientar a tu hijo o hija ante una situación que no sepan bien cómo resolver.

  • Lo primero es tener claro el objetivo. En el puzle el objetivo es conseguir la imagen exacta que muestra la caja. Lo mismo ocurre cuando nos enfrentamos a un problema o situación a resolver, lo primero es tener claro qué queremos conseguir. Sin el objetivo claro, ¡no tiene sentido comenzar!
  • Lo segundo que hacemos con un puzle es mirar las piezas y clasificarlas. ¡El orden es súper importante! Solemos agrupar las piezas según su dibujo o color… las de árboles por un lado, techos de casa por otro, las orillas por otro. Esto es como identificar todas las cosas a resolver dentro del problema. Detrás de esto está el concepto de simplificar, es decir, convertir un problema grande y complejo en varias tareas o desafíos más sencillos y fáciles.
  • ¡No vale comenzar de cualquier manera! Debemos priorizar las tareas y empezar por algo que sea importante y que sea un buen punto de partida para lo siguiente. Hay cosas que se tienen que tener hechas para poder seguir con otras. En el caso del puzle lo suyo es comenzar poniendo todas las orillas y así conseguir tener el marco del puzle listo. El marco nos guiará y ayudará a ubicar el resto de piezas.
  • Luego seguiremos con aquellas zonas del puzle más fáciles de resolver. Si vemos por ejemplo pocas piezas amarillas y que van juntas, comenzaremos por ellas, ¡seguro conseguimos montar un trocito bueno de forma rápida! Lo mismo ocurre al resolver problemas. En vez de quedarnos atascados en una tarea que no sabemos resolver, podemos comenzar por otra que sí sepamos, y que de paso puede que nos ayude con la siguiente.
  • Seguro que cuando hacemos un puzle nadie acierta a la primera intentando unir dos piezas. Lo normal es ir probando una pieza y otra hasta dar con una que cuadre. Practicamos lo de “prueba y error” tan necesario en el aprendizaje experimental. Al resolver problemas nos pasa igual. Podemos probar una solución que parece buena y darnos cuenta luego que no sirvió, debemos buscar otra “pieza” (otra solución) hasta dar con la adecuada.
  • Mientras vamos poniendo las piezas del puzle, vamos poco a poco avanzando casi sin darnos cuenta. Al centrarnos en cada paso nos quitamos el agobio del resultado final. Lo mismo resolviendo problemas. Si hemos definido mini tareas y establecido un recorrido para llegar a nuestro objetivo, debemos centrarnos en avanzar y hacer bien cada una de las tareas o etapas, sin obsesionarnos en el resultado final. Si el camino está bien trazado, ¡llegaremos seguro!

La capacidad de resolver problemas y tomar decisiones es una habilidad clave en el mundo adulto hoy en día.

Solo los humanos podemos lidiar con la incertidumbre y la volatilidad de decisiones complejas. Es una súper ventaja que tenemos frente a la digitalización y robotización de los puestos de trabajo. ¡Potenciémosla en nuestros niños!

Un buen complemento al trabajo que hagáis como padres o madres en casa, y al que puedan desarrollar los niños de forma espontánea con el juego y el aprendizaje escolar, es nuestro curso Resolución de Problemas y Toma de Decisiones especialmente diseñado para niños.

Juegos para fomentar la escucha en los niños

No es lo mismo oír que escuchar. Probablemente lo tengas claro. La diferencia fundamental entre una cosa y la otra es la atención que se pone en el proceso.

Escuchar implica actitud, voluntariedad, intención y conciencia.

Hoy en día en que solemos ir muy liados y estamos acostumbrándonos cada vez más a hacer muchas cosas a la vez, cosa que por cierto a muchos enorgullece, queremos reivindicar la escucha, porque el concepto de “multi–tarea“, si bien puede ser útil en algunos casos,  no lo es para todos.

Para de verdad comprender algo o a alguien, necesitamos aplicar la escucha con atención, el poner todos nuestros sentidos en ese algo o alguien, de lo contrario nos perderemos la oportunidad de conectar con esa otra persona, de comprenderla, de entender bien una situación o encontrar las mejores soluciones a un problema.

Para muchos expertos en educación he aquí un problema con nuestros niños. Al haber nacido en un escenario en que la inmediatez llega a ser abrumadora, se hace necesario poner pausas y enseñarles a desarrollar la escucha.

Para mejorar la escucha debemos practicar el no interrumpir, el dejar de lado las distracciones, el no juzgar lo que oímos, el centrar la atención en el mensaje y en los gestos de quien lo dice, el mirar a los ojos.

Como todo en la vida, ¡es la práctica la que hace al maestro! Y qué mejor para los niños si la práctica se realiza jugando, casi sin darse cuenta.

Por eso, os proponemos distintos juegos, la mayoría de ellos muy sencillos, que ayudan a fomentar la escucha en nuestros niños:

  • El teléfono roto. Ese juego consiste en formar un círculo o una línea. El primer participante dice una palabra al oído que se va transmitiendo de persona en persona. Lo que ocurre normalmente es que la palabra que entiende el último participante dista bastante de lo que dijo el primero.
  • Montar una historia entre todos. Cada participante debe decir una frase y entre todos se irá formando una historia. El primer participante dice la frase que quiere, luego el siguiente participante ha de comenzar su frase con la última palabra que dijo el anterior, y así sucesivamente. No solo implica estar atento a la última palabra que dice el participante anterior, sino al contenido de todas las frases para que lo que resulte sea una historia con sentido.
  • ¡Veo, veo! Todo un clásico. Ideal para jugar en los largos desplazamientos en coche. Una persona piensa en una cosa que ve y los demás han de adivinar de qué se trata. Sólo se les revela la letra con que empieza aunque para facilitar, se pueden ir luego añadiendo pistas.
  • ¿Quién es quién? Este es un juego de mesa clásico, de toda la vida, para 2 jugadores. El objetivo es adivinar el personaje secreto del otro jugador antes que tu contricante. El jugador a quien le toca su turno, le hace una pregunta cerrada al otro jugador, que se pueda responder con sí o no, y que tenga que ver con alguna característica física del personaje. Preguntas como: ¿es una mujer? ¿tiene el pelo amarillo? ¿lleva sombrero? ¿lleva gafas?
  • Adivina quién soy. Este también es un juego de mesa. Cada jugador cogerá una carta y tendrá que colocarla en su frente. El objetivo es adivinar quién te ha tocado ser a través de preguntas. Puede que te toque ser un animal, un objeto, un medio de transporte, una comida, etc. Es un juego divertido que acompaña la imaginación y la relación gestual entre los jugadores. Se basa en las adivinanzas y la simulación de personajes

Te animamos a jugar en familia. Casi todos estos juegos son para niños de 5 ó 6 años ¡y hasta 100!

De paso estaréis todos desarrollando vuestra escucha y con ello, vuestras habilidades sociales, claves para el desarrollo de toda persona. No lo olvides, son este tipo de habilidades las que marcan la diferencia.

¡A jugar!

Beneficios de pasar tiempo de calidad en Familia

Probablemente tengas claro que es importante pasar tiempo “de calidad” con nuestros hijos. Pero, ¿qué es esto del tiempo de calidad? ¿significa que tenemos que estar todo el tiempo posible jugando con ellos? Si fuera así casi todos lo tendríamos muy, muy difícil, ya que es justamente el tiempo de lo que la mayoría de adultos escaseamos.

En el post de hoy hablaremos de:

  • Qué es el tiempo de calidad en familia
  • Qué beneficios tiene pasar tiempo de calidad en familia
  • Cómo podemos dedicar tiempo de calidad en la vorágine del día a día

¿Qué es el tiempo de calidad en familia?

Por tiempo de calidad se entiende aquel en el que los padres compartimos con los hijos estando conectados con ellos. Puede que sea jugando, manteniendo una conversación, leyendo un cuento o realizando cualquier actividad en la que estemos juntos y sin mayores distracciones.

¿Qué beneficios tiene pasar tiempo de calidad en familia?

Primero, destacar que los beneficios no son sólo para nuestros hijos sino para todos los miembros de la familia. Por tanto, no es algo que debamos hacer por ellos sino por la familia en su conjunto.

Entre las claras ventajas de pasar tiempo de calidad en familia se cuentan:

  • Genera cercanía y complicidad entre los distintos miembros de la familia
  • Ayuda a conocernos mejor, ya que descubrimos otras facetas de nuestros hijos y ellos nuestras
  • Potencia el vínculo y la unión familiar, así como el sentimiento de pertenencia
  • Ayuda a que nos comprendamos mejor unos a otros. Esto se da especialmente en los juegos, en que descubrimos lo que le molesta o alegra al otro y por qué.
  • Genera un espacio tranquilo y propicio para la enseñanza y el aprendizaje. Ejemplos de esto son enseñar a callar cuando el otro habla, a respetar el turno de juego, a seguir normas….
  • Se desarrollan las habilidades sociales, ya que es un tiempo en el que los pequeños se relacionan.

En definitiva, pasar tiempo de calidad en familia contribuye a la unión y a la felicidad familiar.

¿Cómo podemos dedicar tiempo de calidad en el día a día?

No se trata de dedicar largas horas a jugar en familia , horas que probablemente no tengamos, y que muchas veces tampoco apetecerá a todos.

La clave es organizarse para que en nuestro día a día dispongamos de algún momento dedicado a nuestros niños. Puede ser cuando los llevamos del cole a casa por ejemplo, o la hora de la merienda, la del baño o cuando les damos las buenas noches.

Aunque no sean grandes cantidades de tiempo, debemos procurar que en esos momentos TODA nuestra atención esté centrada en los hijos. Olvidémonos por un momento del trabajo, de las preocupaciones, del móvil… Aunque sea sólo un momento, nuestros 5 sentidos deberán estar con nuestro hijo o hija.

Se puede pasar tiempo de calidad en momentos de actividades cotidianas como hacer la comida, la compra, o recoger la ropa de la lavadora. Cualquier situación es buena para iniciar una conversación y por qué no, ¡un juego! Aprovecha y explícales cosas, cuéntales alguna historia.

La clave está en TRANSFORMAR el tiempo que pasemos con nuestros niños en tiempo de calidad.  ¿Cómo? Es sencillo, conversa, cuéntale anécdotas, pregúntales por su día, escúchales contar 10 veces la misma historia si hace falta, bromea, juega…

Y si tienes más de un hijo, intenta dedicar al menos un momento en exclusiva para cada uno.

No olvides que las relaciones interpersonales, el trato con los demás y la empatía tienen una importancia transcendental en su crecimiento como personas. Serán las claves para un buen desarrollo de sus Habilidades Sociales.

creatividad

Cómo potenciar la creatividad en los niños

Solemos asociar el concepto de creatividad al arte o las manualidades. Aunque sí es cierto que el proceso artístico requiere de pensamiento creativo, la creatividad es mucho más. Además de explicártelo, te indicaremos cómo potenciar la creatividad en los niños.

El pensamiento creativo es la capacidad que tenemos de procesar la información sin limitarnos a los patrones de razonamiento o conducta habituales: el famoso ¡pensar fuera de la caja!.

Utilizamos este tipo de pensamiento para encontrar soluciones originales ante los problemas, bien combinando conceptos que hasta entonces parecían no tener relación, o bien aportando nuevas perspectivas.

La mente creativa es curiosa, flexible, se muestra abierta a todas las posibilidades, se enfrenta a los desafíos de manera optimista, sin prejuicios, y es consciente de que, en realidad, todo está conectado. Es capaz de combinar conceptos variando su proporción según la necesidad de cada momento.

La creatividad es una habilidad humana que, a día de hoy, la inteligencia artificial no es capaz de replicar. Con razón ésta es y será una cualidad más que demandada en empleos de sectores muy variopintos, en un mundo cambiante como el nuestro.

En ciertos individuos, el pensamiento creativo predomina más que en otros, pero, ¿qué es lo que nos hace creativos? ¿la creatividad es un don, o podemos entrenarla?

El estudio de creatividad de la NASA

En 1968, la NASA encargó a los científicos George Land y Beth Jarman que desarrollaran una prueba para medir el nivel de la creatividad de sus empleados. La prueba fue un éxito, y llevó a estos dos expertos a hacerse más preguntas, que precisamente fueron: ¿cuándo nace la creatividad? ¿es un talento innato o podemos fortalecerlo?

Así que decidieron continuar el estudio, y realizar estas pruebas a 1600 niñas y niños de 3 a 5 años. El resultado, según los propios científicos, revolucionaría sus vidas para siempre. El 98% de los sujetos de estudio eran lo que se considera como genios creativos, según su capacidad para generar soluciones rompedoras.

George y Beth decidieron realizar un seguimiento de estos mini genios, y 5 años más tarde, con entre 8 y 10 años, volvieron a pasarles las pruebas. El resultado fue que sólo el 30% podía clasificarse ya como genio creativo. A la edad de 15 años, la cifra descendió al 12%. Y al llegar a la edad adulta, únicamente un 2% seguía siéndolo.

Ciertamente es frustrante. Nacemos con una característica increíble, un súper poder que nos ayuda a encontrar soluciones novedosas, una capacidad humana que supera a la inteligencia artificial, y la vamos perdiendo a medida que crecemos.

La buena noticia es que, si todas las personas fuimos genios creativos, todas podemos volver a serlo, pero ¿cómo? ¿cómo fomentar la creatividad de nuestros hijos e hijas, para que esta cualidad no se vea mermada, o para que recuperen todo el potencial que han ido perdiendo a lo largo de los años? Te contaremos algunas pautas que pueden ayudar.

Consejos para fomentar el pensamiento creativo de tus pequeños genios:

  • Disfruta de su potencial: como ya sabrás mejor que nadie, convivir con la infancia es un privilegio y una experiencia tremendamente enriquecedora, que despierta a nuestros niñas y niños interiores. Contagiarnos de su curiosidad, asombrarnos juntos, hacernos preguntas, romper la rutina a propósito, reír hasta llorar con los chistes más absurdos, saltar por la calle y decirles cuánto agradecemos poder vivir todo esto a su lado, les motivará a no dejar de hacer esas pequeñas cosas tan importantes a medida que crezcan.
  • Empodérales, haciéndoles saber que son increíblemente creativos. Tener información sobre nuestras capacidades es la mejor manera de potenciarlas.
  • Escucha y valora sus ideas: uno de los factores que frenan nuestro potencial creativo es el miedo al fracaso, al juicio externo. Cuando aporten ideas, escucharlas activamente, valorar su iniciativa, y ayudarles a desarrollar su pensamiento crítico de manera positiva para comprobar si su idea podría o no llevarse a cabo, les dará la confianza necesaria para lanzarse a expresarse y pensar de forma valiente y distinta.
  • Sé su modelo y deja que sean el tuyo: el juego es, sin duda, la mejor escuela de creatividad. En nuestra sociedad el juego se relaciona con la infancia, y no es muy común ver a un adulto jugar. Sin embargo, está sobradamente comprobado que las personas adultas también necesitan jugar. Cuando jugamos, creamos un mundo intermedio entre nuestro mundo interior y el mundo que nos rodea. Este espacio, que el psiquiatra D.W. Winnicott denominó espacio potencial, se encuentra entre la realidad y la fantasía. El espacio potencial alivia la tensión entre nuestro mundo interior, que no podemos aceptar en su totalidad, y el mundo exterior, inabarcable. Es un espacio con nuestras propias reglas, maleable, comprensible, que nos ayuda a conectar ambas dimensiones. Es importante que la infancia pueda servirse de modelos adultos que jueguen. ¡Contágiate de su fantasía y juega todo lo que puedas!
  • Haz preguntas abiertas. La sociedad suele premiar la memorización y a menudo, esperamos una única respuesta (la única considerada correcta) cuando realizamos una pregunta. Pero de esta forma, frenamos la capacidad innata de flexibilizar, de explorar nuevas opciones.
  • Juega a cambiar el “No, porque…” por el “Sí, y…”. Éste es un método ideado por Duncan Wardle, creativo en Disney. Juega con tus peques y no tan peques a aportar ideas hipotéticas: “¿Qué pasaría si los animales pudieran hablar?”. Cuando te respondan, por ejemplo: “Pues que irían al colegio por mí”, en lugar de contestar “No, porque tu educación es obligatoria”, prueba a decir: “Sí, y además los colegios se organizarían en clases especiales según la especie animal, las mesas de los elefantes seguro que serían mucho más grandes y resistentes que las de las ardillas, ¿no crees?” De esta forma, si a cada aportación que hacen, tú utilizas el “sí, y…” la idea crecerá y crecerá hasta crear una realidad paralela con todo lujo de detalles.
  • Valora la diferencia: Intenta, en la medida de lo posible, despojarte de etiquetas, prejuicios o errores de pensamiento, para que vuestras ideas puedan volar. Educar en la riqueza de la diversidad: convivir y conocer a personas que piensan, sienten o viven experiencias distintas a las nuestras, con aspectos, culturas o comportamientos variados, les ayudará a poder observar patrones de pensamiento diferentes a los que están acostumbrados. Si quieres que piensen distinto, intenta aportarles un entorno cambiante, rico, con compañías diversas.
  • Fomenta, también, el pensamiento crítico: No dejarnos arrastrar por lo que piense la mayoría nos ayudará también a formar nuestro propio criterio y por tanto nuestras propias ideas, a perseverar en la búsqueda de soluciones. A ser rebeldes en la medida justa y abordar los problemas desde nuevas perspectivas.

Desde UpSoftSkills, ¡te deseamos que ver la vida desde un punto de vista creativo te ayude a disfrutar todavía más de tu día a día en compañía de tus hijos e hijas!

Y si quieres aportarles más herramientas y ahondar más en esta capacidad tan potente, no te pierdas nuestro curso de Pensamiento Creativo que lanzaremos en breve.

7 Consejos para que tus hijos aprendan a Gestionar su Tiempo

A muchos nos preocupa que nuestros hijos no sepan organizarse, y que no sepan aprovechar su tiempo para cumplir con sus deberes, a la vez que tengan tiempo de ocio y disfrute. El sueño de todo padre o madre es que además, lo hagan de forma autónoma, porque a ninguno nos apetece ser la “agenda” de nuestros hijos.

Pero, ¿cómo lo conseguimos? En el post de hoy te damos 7 consejos útiles y prácticos para lograrlo. Te recomendamos comenzar con tu peque poco a poco, y aplicando criterio según su edad. Ten en cuenta que puedes hacer este trabajo con ellos a partir más o menos de los 7 años, ya que antes no están preparados para asimilar el concepto de tiempo, tal y como lo entendemos los adultos.

Aplícalo con cariño y sobre todo, con mucha, mucha paciencia.

1. Identificar las actividades a hacer

Antes de ponerse como caballo de carrera a hacer tareas sin más, enséñale a tu hijo o hija a que reflexione primero. Que pare, piense en las actividades o tareas que debe llevar a cabo, que identifique el tiempo que necesita para cada una, que identifique si alguna tiene una fecha concreta de entrega, que identifique cuáles son actividades obligadas y cuales opcionales y, finalmente, que identifique qué necesita para llevarlas a cabo.

2. Priorizar

¡No tenemos más que 2 manos y no podemos hacerlo todo a la vez! Enséñale a tu hijo o hija la diferencia entre urgente e importante. Invítale a que clasifique sus tareas según ese criterio y así poder priorizar qué hacer primero. Enséñale a que no pasa nada con descartar lo que no es ni urgente ni importante.

3. Simplifcar

A la hora de enfrentarse a una tarea larga y compleja, enséñale a dividirla en mini tareas fáciles y cortas. Cada mini tarea debe estar clara, y cada una debe tener instrucciones claras. ¡Como cuando montamos un lego!, que seguimos paso a paso las instrucciones.

4. Aplicar técnicas para ganar tiempo

Por ejemplo, si hay algo que se puede hacer en paralelo con otra cosa, como hacer una llamada a la abuela mientras se viene de camino a casa, ¡que lo haga!

Que identifique si hay “tiempos muertos” en alguna de sus jornadas y que pueda aprovechar. Por ejemplo si le queda un rato libre entre merendar y empezar una extraescolar, a lo mejor puede aprovechar de repasar lo aprendido ese día en lengua.

Otra forma de ganar tiempo es hacer algunas cosas más rápido de lo normal. Por ejemplo, salir por la mañana es más rápido si se tiene ya preparada la ropa que ponerse, lo mismo la mochila.

5. Montar un calendario, lista de actividades o agenda

Motívale a escribir las actividades por hacer en un calendario, agenda o lista de tareas. ¡Lo que más le guste!

Ten en cuenta que toda agenda debe contemplar espacios libres para imprevistos.

Otra cosa importante es ayudarle a identificar sus momentos de mayor concentración y programar para esos momentos, las tareas más difíciles. Te aseguro que el resultado será mejor que si las hace cuando esté más disperso.

6. Cumplir con el calendario o agenda

¡De nada sirve escribir lo que tenemos que hacer si luego no lo hacemos!

Anímale a que revise a diario lo que marca la agenda. A que al final de cada día, vuelva a agendar aquello que se quedó pendiente.

7. Mantener el foco

Para aprovechar al máximo nuestros momentos de trabajo, debemos estar concentrados. Para eso ayuda el preparar el espacio de trabajo, sin distracciones. La idea es poner la máxima atención en la tarea que se está llevando a cabo en ese momento. Es importante también tener en cuenta tiempos de descanso, para reponer energías.

Aunque planificar y organizarse parece tedioso, debemos explicar a los niños que es positivo porque si lo hacen, tendrán más tiempo para hacer lo que más les gusta. Disfrutarán de tranquilidad, menos agobio y la confortable satisfacción de cumplir.

Si te interesa este tema y quieres que tu hijo profundice en cuanto a la planificación y gestión de su tiempo, te recomendamos nuestro curso Gestión del Tiempo para niños. ¡Sin duda será un excelente complemento a los consejos que te hemos dado hoy!

Rabietas en los niños: ¿cómo actuar?

Es necesario saber que, las rabietas, forman parte de la evolución de todos los niños, hay niños que tienen unas rabietas de mayor intensidad y otros de menor intensidad, pero las rabietas tienen una labor clave en el desarrollo de los niños, y están relacionadas con su autoafirmación e individualidad.

Esta necesidad de autoafirmación, junto a los límites que establecen los padres, la frustración que genera esta confrontación y, sobre todo en sus inicios, la falta de capacidad de expresión por parte de los niños, conforman la fórmula perfecta para que se de una rabieta.

En el post de hoy veremos:

  • ¿Qué son las rabietas y de dónde vienen?
  • Qué hacer ante una rabieta.
  • Lo más importante: la prevención.

¿Qué son las rabietas y de dónde vienen?

Las rabietas son una forma de expresión emocional muy frecuente en niños, es la forma que tienen de demostrar su inconformismo, su enfado o su frustración ante los límites que les imponen sus progenitores o las personas encargadas de su crianza.

Las rabietas son un fenómeno habitual alrededor de los 2-3 años y van amainando conforme el niño va creciendo y madurando, es decir, cuando el niño ha desarrollado habilidades suficientes para expresar sus emociones y sentimientos de una forma distinta, sin necesidad de llegar a la rabieta.

Como decíamos, alrededor de los 2-3 años comienza una etapa de la autoafirmación e individualidad y las necesidades y deseos de independencia por parte del niño que chocan de frente con los límites impuestos, por lo que esto, junto con factores como la falta de sueño, el cansancio o el hambre, favorecen que aparezcan con mayor asiduidad e intensidad.

Qué hacer ante una rabieta

Debes tener en cuenta que las rabietas forman parte del desarrollo normal de tu hijo. Las normas y limites que se establezcan deben ser claros y precisos. Además, deben ser congruentes y no cambiar según el día o el momento.

El primer paso ante una rabieta es no ceder y mantener una actitud tranquila. El límite debe mantenerse, de lo contrario, estamos reforzando que a través de la rabieta se consiguen las cosas y eso es, precisamente, lo que queremos evitar.

Se debe acompañar al niño en la rabieta, poner nombre a lo que siente, ya que él por sí solo no sabe expresarlo, acompañarle en su estado y mostrar comprensión, siempre sin ceder.

Muchas veces ocurre que los adultos nos enfadamos cuando el niño entra en una rabieta, pero así únicamente conseguiremos que el ambiente empeore, lo mejor que puedes hacer es mantener la calma. Debes ignorar su conducta, siempre y cuando no se ponga en peligro durante la rabieta.

Por otro lado, debes reforzar las conductas positivas que se producen fuera de las rabietas, de esta forma, el niño sabrá qué se espera de su comportamiento o cómo debe formular un deseo.

Lo que debo hacer:

  1. Mantenerme firme.
  2. Dar explicaciones cortas.
  3. No responder con enfado, es decir, mantener la calma.
  4. Explicar el comportamiento o las causas de este.
  5. Darle alternativas de comportamiento, “esto no se puede hacer, pero esto otro sí”.
  6. Permitir que gestione sus emociones.

Lo más importante: la prevención

¿Qué puedes hacer para prevenir la aparición de una rabieta? Aquí te mostramos algunas pautas que puedes poner en práctica:

  • Identifica las posibles causas de la rabieta.
  • Considera si lo que te pide tu hijo, muchas veces utilizamos el “no” casi de forma automática, pero es positivo escuchar lo que tu hijo quiere, se flexible.
  • Anticípate a las rabietas si tienes identificados ciertos momentos o lugares donde se producen.
  • Dale a elegir, es decir, si puede elegir lo que quiera, es más probable que se dé una rabieta porque tiene más probabilidades de enfrentarse con un “no”, pero si ofrecemos opciones, está en su mano elegir una cosa u otra y evitaremos el uso la negación frente a la elección.
  • Cuida tu lenguaje, habla en positivo, no es lo mismo decir: “si no te comes la pechuga, te quedas sin tele” que decir “¿qué puedes hacer para ver la tele después?”.
  • Si se da una situación previa a la rabieta donde el niño o niña alce su todo de voz, podemos recordarle como se habla en casa, “¿recuerdas cómo hablamos en casa?”
  • Como siempre, recuerda que eres su modelo.

¡Te animamos a poner en práctica alguna de las pautas que te proponemos!