Rabietas en los niños: ¿cómo actuar?

Es necesario saber que, las rabietas, forman parte de la evolución de todos los niños, hay niños que tienen unas rabietas de mayor intensidad y otros de menor intensidad, pero las rabietas tienen una labor clave en el desarrollo de los niños, y están relacionadas con su autoafirmación e individualidad.

Esta necesidad de autoafirmación, junto a los límites que establecen los padres, la frustración que genera esta confrontación y, sobre todo en sus inicios, la falta de capacidad de expresión por parte de los niños, conforman la fórmula perfecta para que se de una rabieta.

En el post de hoy veremos:

  • ¿Qué son las rabietas y de dónde vienen?
  • Qué hacer ante una rabieta.
  • Lo más importante: la prevención.

¿Qué son las rabietas y de dónde vienen?

Las rabietas son una forma de expresión emocional muy frecuente en niños, es la forma que tienen de demostrar su inconformismo, su enfado o su frustración ante los límites que les imponen sus progenitores o las personas encargadas de su crianza.

Las rabietas son un fenómeno habitual alrededor de los 2-3 años y van amainando conforme el niño va creciendo y madurando, es decir, cuando el niño ha desarrollado habilidades suficientes para expresar sus emociones y sentimientos de una forma distinta, sin necesidad de llegar a la rabieta.

Como decíamos, alrededor de los 2-3 años comienza una etapa de la autoafirmación e individualidad y las necesidades y deseos de independencia por parte del niño que chocan de frente con los límites impuestos, por lo que esto, junto con factores como la falta de sueño, el cansancio o el hambre, favorecen que aparezcan con mayor asiduidad e intensidad.

Qué hacer ante una rabieta

Debes tener en cuenta que las rabietas forman parte del desarrollo normal de tu hijo. Las normas y limites que se establezcan deben ser claros y precisos. Además, deben ser congruentes y no cambiar según el día o el momento.

El primer paso ante una rabieta es no ceder y mantener una actitud tranquila. El límite debe mantenerse, de lo contrario, estamos reforzando que a través de la rabieta se consiguen las cosas y eso es, precisamente, lo que queremos evitar.

Se debe acompañar al niño en la rabieta, poner nombre a lo que siente, ya que él por sí solo no sabe expresarlo, acompañarle en su estado y mostrar comprensión, siempre sin ceder.

Muchas veces ocurre que los adultos nos enfadamos cuando el niño entra en una rabieta, pero así únicamente conseguiremos que el ambiente empeore, lo mejor que puedes hacer es mantener la calma. Debes ignorar su conducta, siempre y cuando no se ponga en peligro durante la rabieta.

Por otro lado, debes reforzar las conductas positivas que se producen fuera de las rabietas, de esta forma, el niño sabrá qué se espera de su comportamiento o cómo debe formular un deseo.

Lo que debo hacer:

  1. Mantenerme firme.
  2. Dar explicaciones cortas.
  3. No responder con enfado, es decir, mantener la calma.
  4. Explicar el comportamiento o las causas de este.
  5. Darle alternativas de comportamiento, “esto no se puede hacer, pero esto otro sí”.
  6. Permitir que gestione sus emociones.

Lo más importante: la prevención

¿Qué puedes hacer para prevenir la aparición de una rabieta? Aquí te mostramos algunas pautas que puedes poner en práctica:

  • Identifica las posibles causas de la rabieta.
  • Considera si lo que te pide tu hijo, muchas veces utilizamos el “no” casi de forma automática, pero es positivo escuchar lo que tu hijo quiere, se flexible.
  • Anticípate a las rabietas si tienes identificados ciertos momentos o lugares donde se producen.
  • Dale a elegir, es decir, si puede elegir lo que quiera, es más probable que se dé una rabieta porque tiene más probabilidades de enfrentarse con un “no”, pero si ofrecemos opciones, está en su mano elegir una cosa u otra y evitaremos el uso la negación frente a la elección.
  • Cuida tu lenguaje, habla en positivo, no es lo mismo decir: “si no te comes la pechuga, te quedas sin tele” que decir “¿qué puedes hacer para ver la tele después?”.
  • Si se da una situación previa a la rabieta donde el niño o niña alce su todo de voz, podemos recordarle como se habla en casa, “¿recuerdas cómo hablamos en casa?”
  • Como siempre, recuerda que eres su modelo.

¡Te animamos a poner en práctica alguna de las pautas que te proponemos!

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