Consejos para padres de niños con Altas Capacidades

Que los niños con Altas Capacidades presentan excepcionalidad intelectual, probablemente todos lo sabemos. Que en la mayoría de los casos sus extraordinarias capacidades hacen que su compartimiento difiera del de los niños de su edad, también somos conscientes de ello, pero que para aprovechar al máximo su potencial debiéramos como padres y educadores adaptarnos a su forma de aprendizaje, y a cómo funciona su cerebro….. en eso, pues hay menos claridad, ¡y mucho menos práctica!.

En este post te damos 8 consejos para ayudarte a aprovechar el máximo potencial en un niño con Altas Capacidades.

Lo primero, tengamos claro, que los desafíos que enfrentan los niños con Altas Capacidades no son igual a los de la media de niños de su edad.

En palabras de Eduard Punset:

“Los niños con altas capacidades tienen formas diferentes de resolver los problemas, y aprenden de otra manera.

Las formas de aprendizaje repetitivas, memorísticas estandarizadas, el aprender “empollando” y los múltiples ejercicios idénticos, pueden ser útiles para el aprendizaje de los alumnos estándar, o para parte de ellos, pero resulta muy perjudiciales para el superdotado, que aprende descubriendo por sí mismo, investigando a grandes saltos intuitivos, sintiéndose en el dominio de su proceso de aprendizaje auto-regulado, en un amplio ámbito de libertad.”

¿Cuáles son las peculiaridades de los niños de Altas Capacidades?

El Consejo Superior de Expertos en Altas Capacidades les reconoce varias características. De ellas, a nuestro juicio, las más relevantes son:

  • Curiosidad insaciable y preguntas perspicaces.
  • Comprensión rápida e intuitiva de los conceptos.
  • Memoria a largo plazo impresionante.
  • Planteamiento valiente de nuevas formas de pensar.
  • Sensibilidad y perfeccionismo.
  • Intensidad para sentir emociones.

¿Qué podemos hacer como padres o educadores?

Debemos ayudar a los niños de Altas Capacidades a encauzar su talento y aprovechar sus habilidades, y a la vez facilitar su aprendizaje y su desarrollo.

Tengamos en cuenta que algunos de estos niños engrosan las cifras de fracaso escolar, no por falta de capacidad desde luego, sino por falta de motivación y autoestima, terrenos en que como padres o educadores tenemos mucho por hacer.  

Nuestros consejos para padres y educadores:

1. No le fuerces a ser un genio. No pierdas nunca de vista que, aunque tenga un alto nivel intelectual, es todavía un niño.

2. Motívale a asumir riesgos intelectuales, pero sin presionarle. A estos niños les encantan los retos, pero no confundamos “alentar” con “presionar”.

3. Escúchale con atención. Su curiosidad le hace preguntar continuamente sus dudas. Su inteligencia tiene la necesidad de ser estimulada y nutrida. Proporciónale acceso a todo tipo de fuentes educativas, tales como libros, revistas, enciclopedias, ordenadores, internet…

4. Evita los modelos autoritarios. No le impongas obediencia sin razonamiento previo. Evitemos los “porque yo lo digo”, los “porque sí”.

5. Potencia su creatividad. No le reprimas ideas que parezcan absurdas o impracticables. Por el contrario, alaba su originalidad y busca entender las razones detrás.

6. No le exijas en exceso y sé tolerante con sus errores. A pesar de su capacidad, no está obligado a tener las mejores notas de la clase y a tener un comportamiento siempre intachable.

7. Acompáñalo en sus emociones. Recuerda que tienen una aguda sensibilidad.

8. No lo favorezcas o lo elijas para algo simplemente porque sea superdotado. Esto causará celos, resentimiento, alejamiento y rechazo entre sus compañeros o hermanos. De la misma manera, exígele la misma disciplina que a sus hermanos o compañeros.

En UpSoftSkills buscamos fomentar el conocimiento del mundo de las Altas Capacidades.

Cada vez más niños y niñas tienen ese diagnóstico y sabemos que en muchos casos los padres o educadores no saben cómo lidiar con ellos de forma óptima. Queremos compartir la experiencia que nos da el contar con un gran número de alumnos con esta característica.

Creemos que es tarea de todos aprovechar el potencial de todos los niños, sean cuales sean sus peculiaridades.

¿Qué tiene que ver la resolución de problemas con hacer un puzle?

En nuestro afán de enseñar a los niños y niñas de la forma más sencilla posible técnicas para resolver problemas, fue que nos dimos cuenta que el hacer un puzle es un buen símil.

¿En qué se parece el hacer un puzle a resolver problemas y tomar decisiones? ¡Te lo contamos a continuación!

Te puede servir para orientar a tu hijo o hija ante una situación que no sepan bien cómo resolver.

  • Lo primero es tener claro el objetivo. En el puzle el objetivo es conseguir la imagen exacta que muestra la caja. Lo mismo ocurre cuando nos enfrentamos a un problema o situación a resolver, lo primero es tener claro qué queremos conseguir. Sin el objetivo claro, ¡no tiene sentido comenzar!
  • Lo segundo que hacemos con un puzle es mirar las piezas y clasificarlas. ¡El orden es súper importante! Solemos agrupar las piezas según su dibujo o color… las de árboles por un lado, techos de casa por otro, las orillas por otro. Esto es como identificar todas las cosas a resolver dentro del problema. Detrás de esto está el concepto de simplificar, es decir, convertir un problema grande y complejo en varias tareas o desafíos más sencillos y fáciles.
  • ¡No vale comenzar de cualquier manera! Debemos priorizar las tareas y empezar por algo que sea importante y que sea un buen punto de partida para lo siguiente. Hay cosas que se tienen que tener hechas para poder seguir con otras. En el caso del puzle lo suyo es comenzar poniendo todas las orillas y así conseguir tener el marco del puzle listo. El marco nos guiará y ayudará a ubicar el resto de piezas.
  • Luego seguiremos con aquellas zonas del puzle más fáciles de resolver. Si vemos por ejemplo pocas piezas amarillas y que van juntas, comenzaremos por ellas, ¡seguro conseguimos montar un trocito bueno de forma rápida! Lo mismo ocurre al resolver problemas. En vez de quedarnos atascados en una tarea que no sabemos resolver, podemos comenzar por otra que sí sepamos, y que de paso puede que nos ayude con la siguiente.
  • Seguro que cuando hacemos un puzle nadie acierta a la primera intentando unir dos piezas. Lo normal es ir probando una pieza y otra hasta dar con una que cuadre. Practicamos lo de “prueba y error” tan necesario en el aprendizaje experimental. Al resolver problemas nos pasa igual. Podemos probar una solución que parece buena y darnos cuenta luego que no sirvió, debemos buscar otra “pieza” (otra solución) hasta dar con la adecuada.
  • Mientras vamos poniendo las piezas del puzle, vamos poco a poco avanzando casi sin darnos cuenta. Al centrarnos en cada paso nos quitamos el agobio del resultado final. Lo mismo resolviendo problemas. Si hemos definido mini tareas y establecido un recorrido para llegar a nuestro objetivo, debemos centrarnos en avanzar y hacer bien cada una de las tareas o etapas, sin obsesionarnos en el resultado final. Si el camino está bien trazado, ¡llegaremos seguro!

La capacidad de resolver problemas y tomar decisiones es una habilidad clave en el mundo adulto hoy en día.

Solo los humanos podemos lidiar con la incertidumbre y la volatilidad de decisiones complejas. Es una súper ventaja que tenemos frente a la digitalización y robotización de los puestos de trabajo. ¡Potenciémosla en nuestros niños!

Un buen complemento al trabajo que hagáis como padres o madres en casa, y al que puedan desarrollar los niños de forma espontánea con el juego y el aprendizaje escolar, es nuestro curso Resolución de Problemas y Toma de Decisiones especialmente diseñado para niños.

Juegos para fomentar la escucha en los niños

No es lo mismo oír que escuchar. Probablemente lo tengas claro. La diferencia fundamental entre una cosa y la otra es la atención que se pone en el proceso.

Escuchar implica actitud, voluntariedad, intención y conciencia.

Hoy en día en que solemos ir muy liados y estamos acostumbrándonos cada vez más a hacer muchas cosas a la vez, cosa que por cierto a muchos enorgullece, queremos reivindicar la escucha, porque el concepto de “multi–tarea“, si bien puede ser útil en algunos casos,  no lo es para todos.

Para de verdad comprender algo o a alguien, necesitamos aplicar la escucha con atención, el poner todos nuestros sentidos en ese algo o alguien, de lo contrario nos perderemos la oportunidad de conectar con esa otra persona, de comprenderla, de entender bien una situación o encontrar las mejores soluciones a un problema.

Para muchos expertos en educación he aquí un problema con nuestros niños. Al haber nacido en un escenario en que la inmediatez llega a ser abrumadora, se hace necesario poner pausas y enseñarles a desarrollar la escucha.

Para mejorar la escucha debemos practicar el no interrumpir, el dejar de lado las distracciones, el no juzgar lo que oímos, el centrar la atención en el mensaje y en los gestos de quien lo dice, el mirar a los ojos.

Como todo en la vida, ¡es la práctica la que hace al maestro! Y qué mejor para los niños si la práctica se realiza jugando, casi sin darse cuenta.

Por eso, os proponemos distintos juegos, la mayoría de ellos muy sencillos, que ayudan a fomentar la escucha en nuestros niños:

  • El teléfono roto. Ese juego consiste en formar un círculo o una línea. El primer participante dice una palabra al oído que se va transmitiendo de persona en persona. Lo que ocurre normalmente es que la palabra que entiende el último participante dista bastante de lo que dijo el primero.
  • Montar una historia entre todos. Cada participante debe decir una frase y entre todos se irá formando una historia. El primer participante dice la frase que quiere, luego el siguiente participante ha de comenzar su frase con la última palabra que dijo el anterior, y así sucesivamente. No solo implica estar atento a la última palabra que dice el participante anterior, sino al contenido de todas las frases para que lo que resulte sea una historia con sentido.
  • ¡Veo, veo! Todo un clásico. Ideal para jugar en los largos desplazamientos en coche. Una persona piensa en una cosa que ve y los demás han de adivinar de qué se trata. Sólo se les revela la letra con que empieza aunque para facilitar, se pueden ir luego añadiendo pistas.
  • ¿Quién es quién? Este es un juego de mesa clásico, de toda la vida, para 2 jugadores. El objetivo es adivinar el personaje secreto del otro jugador antes que tu contricante. El jugador a quien le toca su turno, le hace una pregunta cerrada al otro jugador, que se pueda responder con sí o no, y que tenga que ver con alguna característica física del personaje. Preguntas como: ¿es una mujer? ¿tiene el pelo amarillo? ¿lleva sombrero? ¿lleva gafas?
  • Adivina quién soy. Este también es un juego de mesa. Cada jugador cogerá una carta y tendrá que colocarla en su frente. El objetivo es adivinar quién te ha tocado ser a través de preguntas. Puede que te toque ser un animal, un objeto, un medio de transporte, una comida, etc. Es un juego divertido que acompaña la imaginación y la relación gestual entre los jugadores. Se basa en las adivinanzas y la simulación de personajes

Te animamos a jugar en familia. Casi todos estos juegos son para niños de 5 ó 6 años ¡y hasta 100!

De paso estaréis todos desarrollando vuestra escucha y con ello, vuestras habilidades sociales, claves para el desarrollo de toda persona. No lo olvides, son este tipo de habilidades las que marcan la diferencia.

¡A jugar!

Beneficios de pasar tiempo de calidad en Familia

Probablemente tengas claro que es importante pasar tiempo “de calidad” con nuestros hijos. Pero, ¿qué es esto del tiempo de calidad? ¿significa que tenemos que estar todo el tiempo posible jugando con ellos? Si fuera así casi todos lo tendríamos muy, muy difícil, ya que es justamente el tiempo de lo que la mayoría de adultos escaseamos.

En el post de hoy hablaremos de:

  • Qué es el tiempo de calidad en familia
  • Qué beneficios tiene pasar tiempo de calidad en familia
  • Cómo podemos dedicar tiempo de calidad en la vorágine del día a día

¿Qué es el tiempo de calidad en familia?

Por tiempo de calidad se entiende aquel en el que los padres compartimos con los hijos estando conectados con ellos. Puede que sea jugando, manteniendo una conversación, leyendo un cuento o realizando cualquier actividad en la que estemos juntos y sin mayores distracciones.

¿Qué beneficios tiene pasar tiempo de calidad en familia?

Primero, destacar que los beneficios no son sólo para nuestros hijos sino para todos los miembros de la familia. Por tanto, no es algo que debamos hacer por ellos sino por la familia en su conjunto.

Entre las claras ventajas de pasar tiempo de calidad en familia se cuentan:

  • Genera cercanía y complicidad entre los distintos miembros de la familia
  • Ayuda a conocernos mejor, ya que descubrimos otras facetas de nuestros hijos y ellos nuestras
  • Potencia el vínculo y la unión familiar, así como el sentimiento de pertenencia
  • Ayuda a que nos comprendamos mejor unos a otros. Esto se da especialmente en los juegos, en que descubrimos lo que le molesta o alegra al otro y por qué.
  • Genera un espacio tranquilo y propicio para la enseñanza y el aprendizaje. Ejemplos de esto son enseñar a callar cuando el otro habla, a respetar el turno de juego, a seguir normas….
  • Se desarrollan las habilidades sociales, ya que es un tiempo en el que los pequeños se relacionan.

En definitiva, pasar tiempo de calidad en familia contribuye a la unión y a la felicidad familiar.

¿Cómo podemos dedicar tiempo de calidad en el día a día?

No se trata de dedicar largas horas a jugar en familia , horas que probablemente no tengamos, y que muchas veces tampoco apetecerá a todos.

La clave es organizarse para que en nuestro día a día dispongamos de algún momento dedicado a nuestros niños. Puede ser cuando los llevamos del cole a casa por ejemplo, o la hora de la merienda, la del baño o cuando les damos las buenas noches.

Aunque no sean grandes cantidades de tiempo, debemos procurar que en esos momentos TODA nuestra atención esté centrada en los hijos. Olvidémonos por un momento del trabajo, de las preocupaciones, del móvil… Aunque sea sólo un momento, nuestros 5 sentidos deberán estar con nuestro hijo o hija.

Se puede pasar tiempo de calidad en momentos de actividades cotidianas como hacer la comida, la compra, o recoger la ropa de la lavadora. Cualquier situación es buena para iniciar una conversación y por qué no, ¡un juego! Aprovecha y explícales cosas, cuéntales alguna historia.

La clave está en TRANSFORMAR el tiempo que pasemos con nuestros niños en tiempo de calidad.  ¿Cómo? Es sencillo, conversa, cuéntale anécdotas, pregúntales por su día, escúchales contar 10 veces la misma historia si hace falta, bromea, juega…

Y si tienes más de un hijo, intenta dedicar al menos un momento en exclusiva para cada uno.

No olvides que las relaciones interpersonales, el trato con los demás y la empatía tienen una importancia transcendental en su crecimiento como personas. Serán las claves para un buen desarrollo de sus Habilidades Sociales.

7 Consejos para que tus hijos aprendan a Gestionar su Tiempo

A muchos nos preocupa que nuestros hijos no sepan organizarse, y que no sepan aprovechar su tiempo para cumplir con sus deberes, a la vez que tengan tiempo de ocio y disfrute. El sueño de todo padre o madre es que además, lo hagan de forma autónoma, porque a ninguno nos apetece ser la “agenda” de nuestros hijos.

Pero, ¿cómo lo conseguimos? En el post de hoy te damos 7 consejos útiles y prácticos para lograrlo. Te recomendamos comenzar con tu peque poco a poco, y aplicando criterio según su edad. Ten en cuenta que puedes hacer este trabajo con ellos a partir más o menos de los 7 años, ya que antes no están preparados para asimilar el concepto de tiempo, tal y como lo entendemos los adultos.

Aplícalo con cariño y sobre todo, con mucha, mucha paciencia.

1. Identificar las actividades a hacer

Antes de ponerse como caballo de carrera a hacer tareas sin más, enséñale a tu hijo o hija a que reflexione primero. Que pare, piense en las actividades o tareas que debe llevar a cabo, que identifique el tiempo que necesita para cada una, que identifique si alguna tiene una fecha concreta de entrega, que identifique cuáles son actividades obligadas y cuales opcionales y, finalmente, que identifique qué necesita para llevarlas a cabo.

2. Priorizar

¡No tenemos más que 2 manos y no podemos hacerlo todo a la vez! Enséñale a tu hijo o hija la diferencia entre urgente e importante. Invítale a que clasifique sus tareas según ese criterio y así poder priorizar qué hacer primero. Enséñale a que no pasa nada con descartar lo que no es ni urgente ni importante.

3. Simplifcar

A la hora de enfrentarse a una tarea larga y compleja, enséñale a dividirla en mini tareas fáciles y cortas. Cada mini tarea debe estar clara, y cada una debe tener instrucciones claras. ¡Como cuando montamos un lego!, que seguimos paso a paso las instrucciones.

4. Aplicar técnicas para ganar tiempo

Por ejemplo, si hay algo que se puede hacer en paralelo con otra cosa, como hacer una llamada a la abuela mientras se viene de camino a casa, ¡que lo haga!

Que identifique si hay “tiempos muertos” en alguna de sus jornadas y que pueda aprovechar. Por ejemplo si le queda un rato libre entre merendar y empezar una extraescolar, a lo mejor puede aprovechar de repasar lo aprendido ese día en lengua.

Otra forma de ganar tiempo es hacer algunas cosas más rápido de lo normal. Por ejemplo, salir por la mañana es más rápido si se tiene ya preparada la ropa que ponerse, lo mismo la mochila.

5. Montar un calendario, lista de actividades o agenda

Motívale a escribir las actividades por hacer en un calendario, agenda o lista de tareas. ¡Lo que más le guste!

Ten en cuenta que toda agenda debe contemplar espacios libres para imprevistos.

Otra cosa importante es ayudarle a identificar sus momentos de mayor concentración y programar para esos momentos, las tareas más difíciles. Te aseguro que el resultado será mejor que si las hace cuando esté más disperso.

6. Cumplir con el calendario o agenda

¡De nada sirve escribir lo que tenemos que hacer si luego no lo hacemos!

Anímale a que revise a diario lo que marca la agenda. A que al final de cada día, vuelva a agendar aquello que se quedó pendiente.

7. Mantener el foco

Para aprovechar al máximo nuestros momentos de trabajo, debemos estar concentrados. Para eso ayuda el preparar el espacio de trabajo, sin distracciones. La idea es poner la máxima atención en la tarea que se está llevando a cabo en ese momento. Es importante también tener en cuenta tiempos de descanso, para reponer energías.

Aunque planificar y organizarse parece tedioso, debemos explicar a los niños que es positivo porque si lo hacen, tendrán más tiempo para hacer lo que más les gusta. Disfrutarán de tranquilidad, menos agobio y la confortable satisfacción de cumplir.

Si te interesa este tema y quieres que tu hijo profundice en cuanto a la planificación y gestión de su tiempo, te recomendamos nuestro curso Gestión del Tiempo para niños. ¡Sin duda será un excelente complemento a los consejos que te hemos dado hoy!

Errores de Pensamiento explicado para niños

Nuestro cerebro suele coger “atajos” para dar respuesta a las distintas situaciones que enfrenta. Esto significa que nuestro cerebro busca situaciones parecidas para responder de forma lo más automática posible y así ahorrar energía.

Esto, que supone una gran ventaja para algunas cosas (como escapar de un peligro inminente), genera por contra, los llamados “Errores de Pensamiento” o errores de lógica.

En el post de hoy hablaremos de:

  • ¿Qué son los Errores de Pensamiento?
  • ¿Por qué es importante conocerlos?
  • Errores más frecuentes y cómo explicarlos a los niños

¿Qué son los Errores de Pensamiento?

Los errores de pensamiento son malos hábitos de pensamiento con los que constantemente interpretamos la realidad, y que nos llevan a ideas o conclusiones que no son correctas.

Cuando nacemos, nuestro cerebro es como una pista de nieve que no ha sido pisada. La primera cosa que hacemos dejará una huella en nuestro cerebro, tal y como deja una huella el primer esquiador que desciende por la pista.

La siguiente vez que nuestro cerebro se enfrente a una situación similar, va a elegir usar esa misma huella que ya ha registrado,  tal y como un nuevo esquiador elegirá descender por el camino ya marcado, si quiere asegurarse de no caer.

¿Por qué es importante conocer los Errores de Pensamiento?

Saber que existen y conocer cuáles son, nos permitirá darnos cuenta si al sacar una conclusión estamos siendo víctimas de un error de pensamiento, y si es el caso, podremos hacer un esfuerzo mayor de racionalidad para dejar nuestro sesgo de lado y tener una opinión más “libre”.

A los niños en concreto, les sirve para evitar dejarse llevar sin más por lo que escuchen, lean o vean por ahí. Si son conscientes de que existen esos errores de pensamiento, es más probable que apliquen el filtro del pensamiento crítico antes de creer lo primero que llega a sus manos, ojos u oídos.

Errores más frecuentes y cómo explicarlo a los niños

Ahora te presentaremos los errores de pensamiento más frecuentes. Aunque te parezca que es algo difícil de entender para los niños, te sorprendería saber que si se les explica con ejemplos, lo entienden a la perfección. 

  • Error 1: Asumir que si 2 cosas se suelen dar juntas, una necesariamente ha causado la otra.

Al niño primero hay que explicarle el principio de causa efecto. Una forma sencilla de hacerlo es poniéndole ejemplos sencillos, como son: si soplo, la vela se apaga; si tiro un cristal con fuerza, éste se rompe; si lanzo una pelota, el perro corre hacia ella, etc.

Para explicarle el primer error, podemos nombrar como ejemplos los siguientes:

“Juana dice que cada vez que lava el coche, llueve”. ¿De verdad creemos que es Juan el que produce la lluvia por haber lavado su coche?

Rodrigo dice que siempre que va al campo de fútbol, su equipo pierde. ¿De verdad crees que Rodrigo tiene tal poder de hacer que pierda su equipo con su sola presencia?

  • Error 2: Asumir que, dado que una cosa (B) suele producirse después de otra (A), el hecho de que “B” ocurra, necesariamente implica que “A” ha ocurrido.

Un ejemplo para explicarlo:

Siempre que hay obras en la carretera, se produce un atasco de coches camino al cole. Hoy hay atasco. Pedro asegura que es por obras en la carretera…

¿Y si el atasco en este caso ha sido por un accidente de coches?

Error 3: Sesgo de predisposición.

Esto es, tendemos a favorecer aquello que coincide con nuestras preferencias o nuestras formas de pensar.

Este error se explica bien poniendo un caso como el siguiente:

Hay un concurso de canto en el cole. Te han elegido para ser jurado. A ti te encanta la música rap. Suponiendo que todos los participantes cantan igual de bien ¿Por quién es más probable que votes?

Probablemente elijas al que ha cantado un rap, ¡porque esa música te mola más!

Error 4: Generalizar.

Esto es, asumir que algo que observamos 1 o pocas veces, es lo que pasa la mayoría de veces.

Un ejemplo para explicarlo:

Paula ha pasado una temporada en Alemania. Los niños con los que vivió eran antipáticos. Al regresar ella dijo: “los alemanes son unos antipáticos”.

Paula está cometiendo el error de Generalizar. Que los niños que ella conoció sean antipáticos ¡no quiere decir que TODOS los alemanes lo sean!

  • Error 5: Comparar cosas que no son realmente comparables.

Siempre debemos tener presente que debemos comparar, como se dice coloquialmente “peras con peras, manzanas con manzanas”.

Un ejemplo para explicarlo:

Luisa y Dani han pasado la tarde haciendo deberes. Luisa ha leído 50 páginas, mientras que Dani ha resuelto 20 ejercicios de matemáticas. ¿Sería correcto decir que Luisa se ha esforzado más?

La verdad es que no. Luisa ha leído más páginas que la cantidad de ejercicios de mates resueltos por Dani, pero una cosa no tiene nada que ver con la otra.

  • Error 6: Asumir que la experiencia que hayamos tenido con algo, se repetirá en otra cosa, aunque ésta no tenga nada que ver.

Un ejemplo para explicarlo:

En el jardín de Paqui las rosas crecen mucho y son preciosas. La madre de Julia decide comprar las mismas semillas para tener flores igual de bonitas en su jardín. ¿Es garantizado que obtendrá lo que quiere?

La verdad es que no. Puede que las rosas crezcan tan bonitas donde Paqui por el riego que le dan, el tipo de suelo, el abono que echan, lo mucho que las podan…. ¡Hay más cosas en juego!

  • Error 7: Pensar que algo es verdadero sólo por el hecho de que no podemos probar que no lo sea.

Un ejemplo sencillo:

Tenemos dudas sobre si hay vida o no en otros planetas. Como no podemos probar que no la haya, entonces, aseguramos de que sí la hay.

A simple vista esta afirmación parece razonable, pero no está basada en un argumento sólido. No podemos probar que no haya vida, cierto. Pero tampoco podemos probar que sí la hay. Lo único cierto es que no lo sabemos.


Sin duda alguna, conocer y entender los errores de pensamiento ayuda a los niños a desarrollar su pensamiento crítico, una habilidad que nos parece del todo indispensable.

En el mundo actual donde las tecnologías, las redes sociales y los medios juegan un rol tan importante, es fácil que se pueda manipular nuestro pensamiento hacia comportamientos deseados por otros. El arma que tenemos en nuestra defensa es el pensamiento crítico.

Tal y como afirma el filósofo Lipman, “el pensamiento crítico nos ayuda a protegernos contra el hecho de creer, de manera forzosa, lo que nos dicen los demás, sin que tengamos la oportunidad de investigar por nosotros mismos”

Los errores de pensamiento, entre otras cosas, lo tratamos en nuestro curso online para niños: Pensamiento Crítico. Si quieres saber de qué va el curso, no te pierdas este cortito vídeo.

Cómo potenciar el Pensamiento Crítico en los niños

Dentro de las distintas habilidades ‘blandas’ que cobran cada vez más importancia en estos tiempos, está sin duda, el Pensamiento Crítico.

En este post te contaremos

  1. ¿Qué es el pensamiento crítico?
  2. ¿Por qué es tan importante?
  3. ¿Por qué fomentarlo en los niños?
  4. ¿Cómo podemos fomentarlo en casa?

¿Qué es el pensamiento crítico?

El pensamiento crítico es la capacidad que tenemos las personas para analizar y evaluar la información que recibimos, dejando de lado las emociones y los sesgos tanto internos como externos, para así conseguir una opinión objetiva de dicha información, una opinión que atienda a los argumentos.

¿Por qué el pensamiento crítico es tan importante?

Es tal la cantidad de información a la que estamos expuestos que se hace imperioso poder filtrar esa información y entender su contexto para poder formarnos una opinión objetiva.

Las redes sociales y los medios de mensajería instantánea han hecho que sea rapidísimo divulgar mensajes de todo tipo, lo que facilita que se extiendan muchas veces mensajes que no se ajustan a la realidad, o que sacados de contexto nos inducen a un pensamiento erróneo.

En este escenario es indispensable acostumbrarse a evaluar la información que recibimos en cuanto a quién dice el mensaje, a quién se lo dice, con qué objetivo y en qué contexto para poder mantener nuestra autonomía intelectual. De lo contrario seremos personas fácilmente manipulables, que bailarán siempre al son de lo que diga la mayoría.

¿Por qué fomentarlo en los niños?

Nuestros hijos no están ajenos a esta realidad. Ellos también necesitan aprender a asimilar información, comparar, analizar, aportar sus propias ideas y filtrar la información para  formarse opiniones lo menos sesgadas posibles.

El pensamiento crítico es una facultad básica para entender situaciones complejas, resolver problemas y tomar decisiones acertadas, tanto en el ámbito personal como en lo laboral.

En un mundo impredecible y de cambio permanente, nuestros niños van a necesitar más que conocimientos y la capacidad de comprensión para desenvolverse en el futuro. Deberán ser pensadores críticos con la capacidad de lidiar con lo inesperado.

¿Cómo podemos fomentarlo en casa?

  • Sin duda el juego es la primera herramienta que tenemos. A través del juego los niños aprenden la relación causa-efecto que es la base del pensamiento crítico. Un niño siempre debe tener tiempo para jugar.
  • Cuando se enfrenten a un problema o situación, intenta no darles la solución de forma inmediata. Déjales tiempo para que observen y analicen. Puedes guiarlos haciéndoles preguntas que le motiven a pensar. En su vida futura les será más útil hacerse las preguntas adecuadas que tener todas las respuestas.
  • Los juegos de detectives, acertijos y laberintos son una forma divertida de estimular su pensamiento crítico.
  • Deja que se aburran y que tengan que salir ellos mismos de ese estado. No sintamos la responsabilidad de tenerlos ocupados y divertidos todo el tiempo. Del ‘aburrimiento’ pueden salir excelentes aprendizajes.
  • Permitámosles manipular los objetos (no peligrosos) y sus juguetes, dejando que se caigan o se desmonten sin arreglarlos nosotros inmediatamente. Recuerda que es necesario que dediquen tiempo a la observación para que puedan entender y pensar soluciones.
  • Si tu hijo no es tan pequeño, hazle preguntas que le hagan pensar. Por ejemplo, “¿por qué crees que hemos decido tomar este camino hoy y no el de siempre?” “¿Por qué crees que en la ciudad la velocidad permitida es más baja que en carretera?” Ante una primera respuesta fallida no le digas la correcta, sigue animándole con más preguntas tipo: “podría ser lo que dices, pero eso no resuelve el caso que…”… vale, ¿y entonces…?.
  • A los mayores, anímales a que te ayuden a reparar cosas de casa y, a los pequeños, invítales a que te acompañen y observen mientras las haces. Es genial si además le vas explicando lo que haces y por qué lo haces.  
  • Al ver una peli, escuchar las noticias o cualquier situación similar, comenta lo que pasa con él o ella. Es una excelente oportunidad para explicarle cosas como “esta persona dice eso porque ha visto aquello. El otro dice lo contrario porque lo ve desde esta otra perspectiva”.

En resumen, permíteles experimentar, no les soluciones las cosas a la primera, anímales a hacerse preguntas y mantener la mente abierta.

Y, si quieres dar un paso más allá, ten en cuenta que en UpSoftSkills contamos con un curso de Pensamiento Crítico, especialmente diseñado para niños, 100% online, que pueden hacer de forma autónoma, con sesiones divertidas y gamificadas de solo 15 minutos al día.

¡Ánimo! Probablemente los resultados no los aprecies de forma inmediata, pero a largo plazo, agradecerás haber ayudado a tu hijo o hija a desarrollar esta tan preciada habilidad.

Propósitos para el nuevo año… ¡También los niños!

A la hora de despedir un año, la mayoría solemos dedicar al menos un momento a pensar en lo que fue el año que se va. Balanceamos lo positivo que nos dejó, lo que conseguimos, lo que nos gustó, con aquello que resultó menos grato, lo que perdimos, las dificultadas que debimos enfrentar, lo que no hicimos tan bien. Identificamos además aquello que quedó pendiente y que quizás nos interese volver intentar el año que llega.

A partir de ahí, probablemente nos pongamos metas a cumplir en esos doce nuevos meses que están por delante. Porque como adultos que somos, sabemos que si algo no nos proponemos conseguirlo y trabajamos para ello, probablemente no llegará.

Esas metas debieran guiar nuestro camino a seguir y el pensar en ellas nos debiera llenar de entusiasmo e ilusión.

Este sano ejercicio, debiéramos también hacerlo con nuestros niños. El año que comienza es también para ellos una excelente oportunidad para pensar en los errores cometidos, aprender de ellos, identificar aquellas cosas que quieren conseguir y que les permitirá ir mejorando poco a poco.

El que sean niños y no tengan mayores responsabilidades, no se riñe con que puedan plantearse metas. ¡También ellos tienen sus aspiraciones!

Es importante además que entiendan que conseguirlas requiere de su propio trabajo y esfuerzo. A diferencia de los regalos que piden a los Reyes Magos o Papá Noel, el anhelar algo no es suficiente para alcanzarlo.

Es bueno que los niños sepan que las metas son las líneas que los seres humanos trazamos de manera imaginaria para superarnos en los distintos ámbitos de nuestra vida. Que sepan que cada una de las metas que se tracen en la vida va a servirles para conquistar una mucho mayor.

Aprovechemos además para enseñarles a nuestros niños que es importante conocer sus posibilidades y aptitudes para poder plantearse metas que sean realistas, alcanzables y que dependan de ellos. Que aprendan a reconocer las habilidades con las que cuentan, así como las que no. Que conozcan las cartas con las que juegan, y que sepan que aunque quizás no sean las mejores, pueden acabar ganando la partida si las usan correctamente.

No hace falta que hagamos con ellos un trabajo exhaustivo, a lo mejor basta con una simple conversación en noche vieja.

Por si os ayuda, hemos recopilado algunos propósitos infantiles sencillos, reales y alcanzables, para que tu hijo o hija elija aquellos que más le interesen. Es suficiente con que elija uno o dos, lo importante es que los asuma y los cumpla.

Propósitos infantiles para 2021

  • Llevar ordenada la agenda del cole y apuntar en ella todos los deberes que se indiquen
  • Dejar siempre preparada la mochila del cole la noche anterior
  • Decir buenos días a los padres con una sonrisa, aunque no siempre apetezca
  • Practicar lo de “si no tienes nada agradable que decirle al otro, calla”
  • Poner un despertador para levantarse de forma autónoma
  • Cuando vea la ocasión, ayudar a alguien sin que se lo pida
  • No repetir cotilleos o comentarios desagradables de algún compañero
  • Mejorar las notas de una asignatura concreta (ideal definir la nota a alcanzar)
  • Llegar siempre a la hora a una actividad determinada a la que suela retrasarse
  • Dejar todas las noches la ropa sucia en el sitio que tengáis en casa para ello
  • Guardar sus juguetes siempre antes de irse a dormir
  • Lavarse los dientes inmediatamente tras comer o cenar, sin esperar que se lo recuerden los padres
  • No hablar en clases cuando esté hablando el profesor o profesora
  • No decir palabrotas
  • No gritarle a nadie por enfado
  • Colaborar en casa con una tarea concreta que ahora no esté haciendo (poner la mesa, hacer su cama, dejar su vajilla sucia en la pila, etc)
  • Hacer las paces con algún amigo o amiga con quien se haya enfadado
  • Dedicar 15 minutos a leer todos los días
  • Ver los dibujos animados siempre en inglés o en otra lengua que esté aprendiendo
  • Intentar algo que no haya conseguido en 2020 (por ej, atarse el cordón de las zapatillas, hacer un puzzle de muchas piezas, ir al baño solo si es pequeño…)
  • No dejarse los deberes para última hora de la tarde
  • Hacer una extraescolar que le motive y que no haya iniciado
  • Conseguir tocar algún instrumento

Como decíamos, estas son sólo algunas ideas para inspiraros ¡seguro que si lo conversáis en familia aparecerán más y mejores propósitos para 2021! ¿Os animáis?

Upsoftskills - Curso aprender de los errores para niños

¡Enseñemos a los niños a aprender de sus errores!

“Si no estás preparado para equivocarte, nunca darás con nada original ni que merezca la pena”.

Cuando leemos estas palabras de Ken Robinson, casi todos parecemos asentir y estar de acuerdo con ellas. ¡Suenan genial!

Pero si lo analizamos con honestidad, para muchos ésta es solo una frase cliché, unas cuantas palabras bonitas carentes de significado. Es que nuestra sociedad no es realmente tan condescendiente con el error y seguimos viendo un vínculo firme entre error y fracaso.

Reconozcámoslo, ¡a todos nos encanta tener la razón! Nos llena de satisfacción ser los que más acertamos, lo que mejor predecimos, los que nuca se equivocan. ¡Qué no daríamos por ser infalibles!

Y es que, a pesar de que el sentido común nos lleva a darle la razón a Robinson, nuestros patrones mentales suelen tratar de ahuyentarnos del error a toda costa.

Por qué. Pues porque por definición el error es una acción, decisión o juicio que produce un resultado no deseado, o no intencional. Lo entendemos como una equivocación, un desacierto, aquello que no nos lleva a conseguir lo que deseamos. Por lo tanto, normalmente lo consideramos un fracaso, y ¡a nadie nos gusta fracasar!

Sin embargo, y aunque es correcta, esta definición no hace justicia a la dimensión del error. No reconoce el enorme valor que tiene como fuente de aprendizaje.

El error se puede cometer por distintos motivos. Si es por desconocimiento, viene a demostrar que hay algo que no sabíamos, si es por un malentendido, es un síntoma de que deberíamos prestar más atención en ciertas situaciones, si es por prisas, es una señal de que para ciertas situaciones debemos detenernos y actuar con calma… si el resultado no es el deseado, es indicativo claro de que tendremos que probar otra solución.

El error sólo es una equivocación si no se genera un cambio, un aprendizaje.

Cierto es que como adultos responsables debemos intentar hacer las cosas bien a la primera, evitar los errores, equivocarnos lo menos posible, pero esto se refiere más bien a aquellos errores que se pueden evitar.

El intentar hacer las cosas bien no debe estar reñido con tener una reacción constructiva cuando nos equivocamos. Es decir, en vez de frustrarnos debemos poner nuestra energía en analizar por qué hemos fallado y qué tenemos que hacer para que no vuelva a ocurrir.

Esto es clave y es lo que se conoce como “aprender de los errores”. Esta es una habilidad tremendamente importante y que en UpSoftSkills creemos que deberíamos inculcar desde edades tempranas.

Los niños lo necesitan más que nadie. Ellos están en pleno proceso de formación en casi todos los ámbitos de la vida. ¡Están constantemente equivocándose! Además, en lo académico se les mide permanentemente en cuanto a aciertos y errores, por eso es muy fácil que caigan en asociar fácilmente error a fracaso.

Esto es un riesgo. Fácilmente puede mermar su autoestima, su creatividad y sus ganas de pensar de forma diferente. El miedo al error es la principal barrera para progresar y desarrollarse.

Es una necesidad enseñar a los pequeños el enfoque positivo ante el error, enseñarles a buscar el aprendizaje detrás, enseñarles a transformar una equivocación estéril en un aprendizaje útil.

¿Cómo ayudar a nuestros niños y niñas a aprender de sus errores?

Aquí te damos algunos sencillos consejos:

  • Intentar entender la respuesta del niño o niña

A veces una respuesta “errónea” viene de un razonamiento que hace el niño o niña, que tiene lógica desde su perspectiva. Es mejor una respuesta razonada, aunque incorrecta, a una respuesta correcta dicha de memoria sin entendimiento.

  • Dar la motivación y la posibilidad de corregir el error

Si explicamos por qué no es correcta la respuesta del niño o niña, y le damos pistas para que llegue por sus propios medios a la respuesta adecuada, lo aprenderá mucho mejor que si simplemente le damos la respuesta correcta. Además, el haber sido capaz de corregirse les genera una sensación de éxito personal y fomenta su autoestima. Les hace sentirse capaces.

  • Intentar entender lo que motivó el error

A lo mejor el niño o niña está inusualmente desconcentrado, pero es porque hay alguna situación de fondo que lo tiene intranquilo o le preocupa. Si suele cometer errores cuando está con prisas, debemos trabajar sobre esto, si comete más errores cuando está cansado, pues fomentaremos que las tareas difíciles las haga a primera hora. No nos quedemos solo en que “se equivocó”.

  • Dejar claro que en casa se permiten los errores

Los niños necesitan “permiso” para equivocarse. Deben sentir y saber que está bien equivocarse y que esa es también una forma de aprendizaje. Por supuesto, no restamos importancia a la necesidad de enmendar los errores y aprender de ellos, para que no se vuelvan a repetir.

Upsoftskills - Curso Gestión del Tiempo para niños

¿Por qué enseñar a gestionar el tiempo en edades tempranas?

La gestión del tiempo es una habilidad que pocos niños y niñas manejan adecuadamente, pero que a todos se les exige.

En opinión de la mayoría, suele resultar frustrante para ellos que se les presione tanto con algo que nadie nunca les ha enseñado cómo hacer.

Todos probablemente coincidimos en que uno de nuestros bienes más preciados es nuestro tiempo. Sí, el Tiempo literalmente “vale oro”… Pero, si es tan importante ¿por qué la gestión del tiempo en edades tempranas la dejamos al azar? ¿Por qué no nos preocupamos que nuestros niños y niñas la aprendan al igual que aprenden a sumar o a leer?

Probablemente, porque a nosotros tampoco nos lo enseñaron de pequeños y hemos tenido que aprender a fuerza de experiencia y probablemente de muchos errores, cuando nos fuimos haciendo mayores.

Así, nos encontramos con muchísimos adultos (¡y esto se ve en las empresas todos los días!), que tienen dificultades a la hora de organizar eficientemente sus jornadas. ¡Y qué decir de organizar el tiempo de sus equipos!

Hay probablemente un ejército de buenos profesionales que no logran cumplir oportunamente los objetivos que se les plantea, cuyos proyectos se retrasan mucho más de lo planificado, que no llegan siquiera a comenzar con ciertos temas importantes, o que no llevan a cabo cambios que implicarían beneficios en el largo plazo… Esto por nombrar sólo algunos ejemplos.

Si bien es útil saber llevar una agenda o cumplir con lo que en ella se planifica, eso no es sinónimo de gestionar bien el tiempo, es solo un aspecto de éste.

Gestionar bien el tiempo incluye desafíos adicionales como:

  • Tener metas claras y definidas con sus plazos
  • Identificar los recursos que se requiere para conseguirlas
  • Identificar los hitos relevantes que nos llevarán a alcanzar las metas
  • Planificar actividades mensuales y semanales para conseguir esos hitos
  • Asignar cada una de las tareas y que haya un responsable
  • Dejar espacio para imprevistos (¡siempre surgen!)
  • Involucrar y saber comprometer a terceros
  • Distinguir lo urgente de lo importante
  • Saber delegar cuando corresponde
  • Priorizar, priorizar y priorizar
  • Mantener el foco (¡esto es de lo que más cuesta!)
  • Lidiar con los múltiples distractores o “robatiempos”
  • Organizarnos según las horas en que rendimos más y las que menos

Parecen muchas cosas y parecen complicadas, pero lo cierto es que, si se controlan, los resultados son extraordinarios.

En su nivel, los niños sí son capaces de cumplir con estos desafíos. Con aprendizaje y formación, poco a poco pueden ir desarrollando las habilidades necesarias y gestionar su tiempo de manera eficiente.

¿Qué conseguiremos?

Que los niños vivan con menos estrés su día a día (¡si se organizan bien tendrás aún más tiempo para jugar!), y que el día de mañana en que empiecen su vida laboral, cuenten con una enorme ventaja que les ayudará siempre.

Nuestro curso online de Gestión del Tiempo para niños les enseña además cosas tan prácticas como no dejarse llevar por sus impulsos, conocer los tiempos de sus actividades diarias, el ahorro de tiempo que supone hacer ciertas cosas en paralelo, planificar para ganar tiempo, identificar aquello a lo que se le puede decir que no o bien se puede aplazar, la importancia de cumplir con lo que es obligado e inaplazable, además de valores tan importantes como el esfuerzo, el orden y la disciplina.