Upsoftskills - Curso Gestión del Tiempo para niños

¿Por qué enseñar a gestionar el tiempo en edades tempranas?

La gestión del tiempo es una habilidad que pocos niños y niñas manejan adecuadamente, pero que a todos se les exige.

En opinión de la mayoría, suele resultar frustrante para ellos que se les presione tanto con algo que nadie nunca les ha enseñado cómo hacer.

Todos probablemente coincidimos en que uno de nuestros bienes más preciados es nuestro tiempo. Sí, el Tiempo literalmente “vale oro”… Pero, si es tan importante ¿por qué la gestión del tiempo en edades tempranas la dejamos al azar? ¿Por qué no nos preocupamos que nuestros niños y niñas la aprendan al igual que aprenden a sumar o a leer?

Probablemente, porque a nosotros tampoco nos lo enseñaron de pequeños y hemos tenido que aprender a fuerza de experiencia y probablemente de muchos errores, cuando nos fuimos haciendo mayores.

Así, nos encontramos con muchísimos adultos (¡y esto se ve en las empresas todos los días!), que tienen dificultades a la hora de organizar eficientemente sus jornadas. ¡Y qué decir de organizar el tiempo de sus equipos!

Hay probablemente un ejército de buenos profesionales que no logran cumplir oportunamente los objetivos que se les plantea, cuyos proyectos se retrasan mucho más de lo planificado, que no llegan siquiera a comenzar con ciertos temas importantes, o que no llevan a cabo cambios que implicarían beneficios en el largo plazo… Esto por nombrar sólo algunos ejemplos.

Si bien es útil saber llevar una agenda o cumplir con lo que en ella se planifica, eso no es sinónimo de gestionar bien el tiempo, es solo un aspecto de éste.

Gestionar bien el tiempo incluye desafíos adicionales como:

  • Tener metas claras y definidas con sus plazos
  • Identificar los recursos que se requiere para conseguirlas
  • Identificar los hitos relevantes que nos llevarán a alcanzar las metas
  • Planificar actividades mensuales y semanales para conseguir esos hitos
  • Asignar cada una de las tareas y que haya un responsable
  • Dejar espacio para imprevistos (¡siempre surgen!)
  • Involucrar y saber comprometer a terceros
  • Distinguir lo urgente de lo importante
  • Saber delegar cuando corresponde
  • Priorizar, priorizar y priorizar
  • Mantener el foco (¡esto es de lo que más cuesta!)
  • Lidiar con los múltiples distractores o “robatiempos”
  • Organizarnos según las horas en que rendimos más y las que menos

Parecen muchas cosas y parecen complicadas, pero lo cierto es que, si se controlan, los resultados son extraordinarios.

En su nivel, los niños sí son capaces de cumplir con estos desafíos. Con aprendizaje y formación, poco a poco pueden ir desarrollando las habilidades necesarias y gestionar su tiempo de manera eficiente.

¿Qué conseguiremos?

Que los niños vivan con menos estrés su día a día (¡si se organizan bien tendrás aún más tiempo para jugar!), y que el día de mañana en que empiecen su vida laboral, cuenten con una enorme ventaja que les ayudará siempre.

Nuestro curso online de Gestión del Tiempo para niños les enseña además cosas tan prácticas como no dejarse llevar por sus impulsos, conocer los tiempos de sus actividades diarias, el ahorro de tiempo que supone hacer ciertas cosas en paralelo, planificar para ganar tiempo, identificar aquello a lo que se le puede decir que no o bien se puede aplazar, la importancia de cumplir con lo que es obligado e inaplazable, además de valores tan importantes como el esfuerzo, el orden y la disciplina.

Necesidad de Soft Skills en adultos… La mirada del coach

En un mundo en que todo el conocimiento formal está al alcance de un clic, sin duda ha ido perdiendo valor la acumulación de contenidos duros en una persona. Como bien dicen por ahí, la era del conocimiento viene dando paso a la era de innovación.

Cada vez más, las tareas repetitivas y sin valor personal están siendo digitalizadas y reemplazadas por máquinas, que las pueden hacer a un menor coste, sin cansarse y con mayor precisión que las personas.

Pero afortunadamente, las personas tenemos algo irreemplazable. Solo los seres humanos podemos lidiar con la incertidumbre, la volatilidad, y movernos en un entorno en que los aspectos emocionales afectan hasta las decisiones más racionales. Son justamente esas las capacidades que hemos de potenciar y esas las habilidades que la mayoría de empresas busca en sus nuevos colaboradores hoy en día.

Según Linkedin Learning las habilidades más demandadas por las empresas en 2019 en sus procesos de selección, fueron justamente Soft Skills.

No es de extrañar que, en este escenario, el rol de los “coach” haya tomado vuelo en los últimos años. Es que son muchos los profesionales con excelente formación, altos conocimientos y grandes capacidades analíticas que a pesar de sus virtudes son incapaces de brillar.

Estos profesionales no consiguen los objetivos, se sienten desadaptados, no saben manejar a sus equipos o no terminan de encajar en la cultura laboral actual, que implica un reciclaje y aprendizaje continuo.

Así, se termina haciendo una inversión relevante en coaching y formaciones para aprender de adultos, las habilidades blandas o Soft Skills que no desarrollaron oportunamente, y que hoy impiden a muchos profesionales crecer.

Según el reputado coach Juan Carlos Escabini, son incontables las empresas que cuentan con buenos pero desmotivados profesionales.

A lo largo de su trayectoria se ha encontrado en muchas ocasiones con que los directivos dan por supuesto que sus colaboradores saben relacionarse asertivamente con las demás personas de la empresa. Al olvidarse de que cada persona es única e irrepetible y los desafíos que esto genera de cara la armónica colaboración con otros, no definen ni fomentan las habilidades sociales y cognitivas que necesitan para desarrollar de mejor forma su trabajo.

Para que el coaching sea efectivo lo primero que se debe conseguir es que el profesional que recibe la formación entienda el beneficios que tiene para él. Esto parece sencillo pero suele encontrar bastante resistencia que se refleja en frases comunes como: “yo no vengo al trabajo a a hacer amigos”, “con su deber cumple”, “esas cosas son invento de los consultores para sacar dinero”, “yo he llegado hasta donde estoy siendo como soy”.

Estas expresiones muestran que el trabajo con adultos es más difícil, pero afortunadamente no imposible. El éxito pasa por la motivación y por lograr que el profesional vea los beneficios del coaching, que vea que el esfuerzo invertido lo acercará más rápidamente a sus objetivos.

En cualquier caso, es sabido que los hábitos se construyen en las edades tempranas. Por lo que todo esfuerzo que hagamos para inculcar en los pequeños de la casa el desarrollo de las habilidades sociales, emocionales y cognitivas, se verá más que recompensado. Seguro les allanará el camino tanto en lo laboral como en lo personal.

Upsoftskills - el profesional del mañana

Desafíos del profesional del mañana

Los jefes que uno más recuerda, con cariño, admiración, y respeto, raramente son los que más sabían sobre un tema específico o los que mejor dominaban un conocimiento técnico.

Esos jefes que marcan y hacen historia, normalmente son:

  • los que logran formar equipos de trabajo cohesionados
  • los que consiguen sacar lo mejor de cada uno
  • los que logran alinear las necesidades de la empresa con los intereses de sus colaboradores
  • los que priorizan sabia y oportunamente
  • los que se atreven a tomar decisiones correctas aunque sean impopulares
  • los que optimizan sus tiempos entendiendo que siempre quedarán cosas por hacer
  • los que tienen ideas creativas para resolver problemas inesperados

En fin, son personas que impactan positivamente, por virtudes y cualidades que poco tienen que ver con lo que se aprende en el colegio o en la universidad.

Hace no muchos años, las familias eran núcleos más numerosos que ahora. La presencia de tías, abuelas, primos y sobrinos, todos de distintas edades, estilos y personalidades, permitía que distintas cualidades se desarrollaran de manera más o menos espontánea en cada persona, con niveles de profundidad distintos, pero con cierta transversalidad. Esta convivencia “en masa” por llamarlo de alguna forma, les daba a todos aunque sea una mínima pincelada de distintas competencias.

Pasaron los años y estos núcleos familiares se fueron haciendo cada vez más reducidos. La familia estándar pasó a ser papá, mamá y un hijo/a, como mucho dos. Los momentos en que se reúne la familia ampliada se han reducido a cumpleaños, bodas, o navidades, no favoreciendo así las importantes enseñanzas cotidianas que pueden generar.

Al trabajar ambos padres fuera de casa (lo que ocurre en la mayoría de hogares del mundo moderno), los niños pasan a ser educados principalmente por instituciones externas, que se centran en su mayoría en la excelencia académica, sin incorporar de manera sistemática, la enseñanza de habilidades relacionales y funcionales, que son las que finalmente marcan la diferencia en una persona.

La mayoría de los padres reconocen las falencias del sistema de educación tradicional. Por ello, el niño/a promedio tiene diversas actividades extracurriculares, además del colegio. Clases de idiomas, de danza, de canto, de pintura, de piano, de fútbol, en fin, hasta escuela de circo, forman parte del abanico de opciones con que los niños de hoy llenan sus tardes.

El rol de los “coach” por su parte, ha tomado vuelo en los últimos años. Esto porque profesionales con excelente formación se sienten desadaptados en el mundo laboral en el que se encuentran. Tienen el conocimiento y la experiencia, pero no encajan en la cultura laboral actual. Muchos deben hacer una inversión personal no menor para aprender de adultos, las habilidades blandas que no desarrollaron oportunamente, y que hoy son una limitante para crecer profesionalmente, y muchas veces incluso personalmente.

Por eso es de enorme importancia comenzar a trabajar las “Soft Skills” o habilidades blandas en edades tempranas.

En UpSoftskills ofrecemos un espacio para lograrlo. Buscamos que los niños y niñas puedan aprender las habilidades que les permitan transitar por los distintos ámbitos de la vida, con una mirada más amplia y una actitud más positiva y, por qué no, convertirse en ese/a líder, que será recordado, querido y admirado por todos con quienes colabore.

¿Por qué son tan importantes las Soft Skills (habilidades blandas)?

Robots, inteligencia artificial, automatización, ya no son cosas de películas de ciencia ficción. La abrumadora evidencia muestra que el cambio en las necesidades de la fuerza laboral ya está en marcha y que continuará creciendo mucho más en el futuro.

Según el análisis de 750 ocupaciones realizado por el McKinsey Global Institute, el 51% de las actividades laborales son altamente susceptibles a la automatización, y eso es solo mediante la adaptación de la tecnología demostrada actualmente. Si bien vemos poco probable que la automatización conduzca al desempleo masivo predicho por los alarmistas, es casi seguro que llevará a la redefinición de la mayoría de las ocupaciones y las habilidades necesarias.

Estos cambios en las demandas del mercado laboral hacen que, para seguir siendo competitivos, los trabajadores deberán adquirir nuevas habilidades continuamente, lo que requiere flexibilidad, una actitud positiva hacia el aprendizaje permanente y curiosidad. Las personas deberán confiar aún más en sus capacidades intrínsicamente humanas.

Afortunadamente, mientras las tecnologías van desplazando la mano de obra en tareas rutinarias, también van creado nuevas oportunidades de empleo para trabajadores con habilidades sociales, emocionales y cognitivas, es decir, las llamadas habilidades blandas, o también conocidas por su nombre en inglés: “Soft Skills”.

Se espera que las ocupaciones intensivas en Soft Skills representarán 2/3 de todos los trabajos para 2030, en comparación con la mitad de todos los trabajos en 2000. Se espera además que el número de empleos en ocupaciones intensivas en Soft Skills crezca 2,5 veces más que en otras ocupaciones. Desarrollar estas habilidades se hace, por tanto, cada vez más necesario.

Pensemos por ej. en un especialista en Tecnologías de la Información y Comunicación. Más importante que su conocimiento técnico, será el que posea una combinación de habilidades que haga que los demás trabajadores de su empresa se adapten al cambio tecnológico. Por lo tanto, la educación debe centrarse en impartir habilidades de fusión, la combinación de habilidades creativas, empresariales y técnicas que permiten a los trabajadores cambiar a nuevas ocupaciones a medida que surgen.

Esto es todo un desafío, sobre todo si tenemos en cuenta que los cambios tecnológicos van a una velocidad de vértigo, años luz por encima de los cambios en la educación.

La mayoría de los sistemas educativos de los países desarrollados se construyeron para dar respuesta a una economía y una sociedad que ya no existe. En las economías manufactureras y agrarias de hace 50 años, bastaba con dominar las “Tres R” (lectura, escritura y aritmética). Hoy en día las “Tres R” simplemente no son suficientes. Si los estudiantes de hoy quieren competir en esta sociedad global, también deben ser comunicadores, creadores, pensadores críticos y colaboradores competentes.

Tal y como indica la Organización Internacional del Trabajo, 6 de cada 10 niños trabajarán en profesiones que hoy ni siquiera existen. Estos profundos cambios en el mundo laboral se están dando en un momento en que la economía global no está creando un número suficiente de puestos de trabajo, lo que solo hace que aumentar el desafío.

En síntesis, la tecnología, la globalización, los entornos laborales y los roles laborales están cambiando la forma en que las personas trabajarán en el futuro. Muchos de los trabajos del pasado están desapareciendo ante nuestros propios ojos. Entonces, ¿cómo preparamos a las generaciones futuras para estos enormes cambios? La respuesta es aparentemente: con educación en Soft Skills.

Educación en Soft Skills ¡cuanto antes mejor!

Todos tenemos un amigo, que empezó a correr de mayor, y pasado los 40, participó en su primera maratón; o conocemos a alguien que a los 60 se puso a pintar, y hoy es un artista renombrado; o sabemos la historia de una persona que luego que sus hijos se titularon de la universidad, estudió Derecho, y en pocos años llegó a ser juez. Sí, historias como ésas, hay. Pero convengamos que son las menos, porque entre que la plasticidad del cerebro es mucho mayor cuando somos niños, y el tiempo disponible para aprender cualquier cosa es mucho mayor también, tendremos que estar de acuerdo en que es mucho fácil aprender cualquier actividad o desarrollar cualquier habilidad, cuando somos pequeños.

Esto es muy evidente en la práctica de un deporte, la adopción de un idioma, la disciplina de un instrumento, o hasta en la incorporación de hábitos cotidianos, tales como lavarse los dientes antes de dormir o dejar la cama hecha cada mañana. Si estas actividades no se aprenden de niño, nos serán mucho más difíciles de adquirir de mayores, tomarán más tiempo siempre, y resultarán un poco ajenas y se hará cuesta arriba hacerlas propias.

¿Qué sucede entonces con las Soft Skills o habilidades blandas? ¿Qué hay de esas competencias que en pocos años serán lo único que nos distinga de las máquinas? ¿Cómo miramos esas virtudes que para algunos fluyen como el río al mar, y que a otros nos ha costado aprenderlas a golpe y porrazo?

Si miro hacia atrás, ¡cuánto más fácil habría sido saber organizar debidamente mi tiempo desde niña! Me hubiera ahorrado muchísimas noches de desvelo en la etapa universitaria. Pero claro, se espera que uno llegue a la adolescencia sabiendo manejar una agenda, cuando pocos años antes, no tenía noción de lo que era el concepto de tiempo. Cuántas malas decisiones me habría evitado en la vida si desde pequeña hubiera entendido que las emociones nublan la razón, y no permiten ver con nitidez el objetivo final que uno buscar lograr. Cuántas angustias me habría ahorrado, si hubiera sabido que los errores no son fracasos en cuanto tales, sino que son lecciones que debíamos aprender, para poder avanzar con paso más firme a la siguiente etapa (si la lección hubiera estado aprendida, no habría cometido el error: entonces fue escuela ¡no fallo!). Cuanto menos entrampada me habría sentido en situaciones complejas, si desde pequeña hubiera desarrollado un enfoque creativo y una mirada innovadora. Cuánto más fácil me habría sido salir de situaciones pantanosas, si no le hubiera tenido miedo a ser creativa. Cuántos debates habrían terminado en consensos en lugar de llantos. Si hubiera tenido una sólida inteligencia emocional, hubiera podido expresar mis ideas dejando fuera las emociones y hubiera podido entender el argumento del otro, sin sentir agresión en discrepar. We can agree to disagree (“podemos estar de acuerdo en estar en desacuerdo”) y vivir en paz.

Si a ti, igual que a mí, te tocó dar la vuelta larga, aprendiendo sobre la marcha para llegar a la adultez profunda con un manejo relativo de las mismas, probablemente estarás de acuerdo conmigo en que para las futuras generaciones sería un enorme avance poder incorporar el manejo de habilidades blandas cuanto antes. Se puede empezar desde el mismo momento en que los niños y niñas son capaces de entender los conceptos que hay detrás.

Los padres nos hemos preocupado por años en que nuestros niños y niñas consigan las habilidades académicas necesarias para enfrentar el mundo laboral. En UpSoftSkills estamos convencidos que esas competencias solo se pueden aprovechar si se tiene una base sólida de Soft Skills. En un mundo en cambio permanente, con la información casi al alcance de cualquier persona, un mundo que exige más que nunca una gran capacidad de adaptarse, de negociar, de identificar información relevante, de buscar soluciones creativas, y de relacionarse positivamente con las demás personas, sólo las Soft Skills marcarán la diferencia.

¿Qué son las Soft Skills?

Probablemente habrás oído hablar de soft skills, habilidades blandas, o habilidades interpersonales, pero no tengas muy claro a qué se refiere.

¡Vamos a aclararlo!

Lo primero es distinguir que hay dos tipos de habilidades: Hard Skills y Soft Skills.

Las Hard Skills son las habilidades concretas que se debe tener para un determinado trabajo. Por ejemplo, un piloto debe saber lo necesario para manejar un avión, un diseñador de videojuegos debe saber cómo programar.

Por su parte, las Soft Skills son habilidades transversales, que interesan para cualquier tipo de trabajo, así como para el día a día, fuera del ámbito laboral. Se trata de habilidades intrínsicamente humanas y abarcan todo lo relacionado con aspectos emocionales, sociales, y cognitivos.

Son justamente estas habilidades las que ayudan a las personas a afrontar eficazmente los retos de su vida profesional y cotidiana.

Imaginemos por ejemplo una entrevista de trabajo con 2 candidatos que aspiran a ser maestros. Los dos han estudiado en la misma universidad y tienen más o menos los mismos conocimientos y experiencia. Uno de ellos se presenta saludando con una sonrisa, mira con interés a quien le entrevista, responde con voz clara y a buen ritmo, plantea incluso algunas preguntas y da las gracias antes de irse. El otro candidato es una persona muy correcta pero más bien introvertida, cuando explica lo que hace utiliza un lenguaje bastante técnico y se limita a contestar lo que le preguntan. ¿Quién obtendrá el trabajo? No cabe duda alguna que las habilidades sociales del primer candidato lo harán vencedor.

Ahora, pensemos por un momento en los profesionales que conoces, seguro encontrarás casos de personas que aún siendo brillantes no consiguen el éxito. Algunos porque no saben comunicar sus ideas, otros no logran trabajar bien en equipo, mientras que otros simplemente no logran entender las necesidades de sus clientes.

Estos son solo algunos casos, pero reflejan la gran importancia de las Soft Skills. ¡Son éstas las habilidades que marcan la diferencia!

En un mundo de permanente cambio, liderado por la inteligencia artificial y la automatización, las Soft Skills cobran más importancia que nunca. Son una herramienta fundamental para el éxito tanto a nivel personal como profesional.

¿Y cuáles son estas importantes habilidades?

No hay una opinión única al respecto, pero la mayoría de estudios apuntan a las siguientes:

  • Pensamiento crítico
  • Comunicación asertiva
  • Creatividad
  • Orientación a resultados
  • Toma de decisiones
  • Resolución de problemas
  • Aprendizaje de los errores
  • Empatía
  • Autonomía
  • Gestión del tiempo
  • Trabajo en Equipo
  • Inteligencia emocional

¿Estas habilidades se pueden aprender?

Aquí una buena noticia. Por años se pensó que estas habilidades estaban relacionadas con la personalidad y la experiencia vital de cada uno. Afortunadamente estudios más recientes muestran que estas habilidades sí se pueden enseñar, entrenar, potenciar . Además, indican que es entre la primera infancia y la adolescencia cuando son más maleables.

Por lo tanto, todo esfuerzo que hagamos para que nuestros hijos e hijas desarrollen Soft Skills, se multiplicarán en beneficios.

En upsoftskills.com enseñamos las habilidades sociales, emocionales y cognitivas más importantes y que se pueden desarrollar en edades tempranas.