
Juegos para fomentar la escucha en los niños
No es lo mismo oír que escuchar. Probablemente lo tengas claro. La diferencia fundamental entre una cosa y la otra es la atención que se pone en el proceso.
Escuchar implica actitud, voluntariedad, intención y conciencia.
Hoy en día en que solemos ir muy liados y estamos acostumbrándonos cada vez más a hacer muchas cosas a la vez, cosa que por cierto a muchos enorgullece, queremos reivindicar la escucha, porque el concepto de “multi–tarea“, si bien puede ser útil en algunos casos, no lo es para todos.
Para de verdad comprender algo o a alguien, necesitamos aplicar la escucha con atención, el poner todos nuestros sentidos en ese algo o alguien, de lo contrario nos perderemos la oportunidad de conectar con esa otra persona, de comprenderla, de entender bien una situación o encontrar las mejores soluciones a un problema.
Para muchos expertos en educación he aquí un problema con nuestros niños. Al haber nacido en un escenario en que la inmediatez llega a ser abrumadora, se hace necesario poner pausas y enseñarles a desarrollar la escucha.
Para mejorar la escucha debemos practicar el no interrumpir, el dejar de lado las distracciones, el no juzgar lo que oímos, el centrar la atención en el mensaje y en los gestos de quien lo dice, el mirar a los ojos.
Como todo en la vida, ¡es la práctica la que hace al maestro! Y qué mejor para los niños si la práctica se realiza jugando, casi sin darse cuenta.
Por eso, os proponemos distintos juegos, la mayoría de ellos muy sencillos, que ayudan a fomentar la escucha en nuestros niños:
- El teléfono roto. Ese juego consiste en formar un círculo o una línea. El primer participante dice una palabra al oído que se va transmitiendo de persona en persona. Lo que ocurre normalmente es que la palabra que entiende el último participante dista bastante de lo que dijo el primero.
- Montar una historia entre todos. Cada participante debe decir una frase y entre todos se irá formando una historia. El primer participante dice la frase que quiere, luego el siguiente participante ha de comenzar su frase con la última palabra que dijo el anterior, y así sucesivamente. No solo implica estar atento a la última palabra que dice el participante anterior, sino al contenido de todas las frases para que lo que resulte sea una historia con sentido.
- ¡Veo, veo! Todo un clásico. Ideal para jugar en los largos desplazamientos en coche. Una persona piensa en una cosa que ve y los demás han de adivinar de qué se trata. Sólo se les revela la letra con que empieza aunque para facilitar, se pueden ir luego añadiendo pistas.
- ¿Quién es quién? Este es un juego de mesa clásico, de toda la vida, para 2 jugadores. El objetivo es adivinar el personaje secreto del otro jugador antes que tu contricante. El jugador a quien le toca su turno, le hace una pregunta cerrada al otro jugador, que se pueda responder con sí o no, y que tenga que ver con alguna característica física del personaje. Preguntas como: ¿es una mujer? ¿tiene el pelo amarillo? ¿lleva sombrero? ¿lleva gafas?
- Adivina quién soy. Este también es un juego de mesa. Cada jugador cogerá una carta y tendrá que colocarla en su frente. El objetivo es adivinar quién te ha tocado ser a través de preguntas. Puede que te toque ser un animal, un objeto, un medio de transporte, una comida, etc. Es un juego divertido que acompaña la imaginación y la relación gestual entre los jugadores. Se basa en las adivinanzas y la simulación de personajes
Te animamos a jugar en familia. Casi todos estos juegos son para niños de 5 ó 6 años ¡y hasta 100!
De paso estaréis todos desarrollando vuestra escucha y con ello, vuestras habilidades sociales, claves para el desarrollo de toda persona. No lo olvides, son este tipo de habilidades las que marcan la diferencia.
¡A jugar!