¿Qué tiene que ver la resolución de problemas con hacer un puzle?

En nuestro afán de enseñar a los niños y niñas de la forma más sencilla posible técnicas para resolver problemas, fue que nos dimos cuenta que el hacer un puzle es un buen símil.

¿En qué se parece el hacer un puzle a resolver problemas y tomar decisiones? ¡Te lo contamos a continuación!

Te puede servir para orientar a tu hijo o hija ante una situación que no sepan bien cómo resolver.

  • Lo primero es tener claro el objetivo. En el puzle el objetivo es conseguir la imagen exacta que muestra la caja. Lo mismo ocurre cuando nos enfrentamos a un problema o situación a resolver, lo primero es tener claro qué queremos conseguir. Sin el objetivo claro, ¡no tiene sentido comenzar!
  • Lo segundo que hacemos con un puzle es mirar las piezas y clasificarlas. ¡El orden es súper importante! Solemos agrupar las piezas según su dibujo o color… las de árboles por un lado, techos de casa por otro, las orillas por otro. Esto es como identificar todas las cosas a resolver dentro del problema. Detrás de esto está el concepto de simplificar, es decir, convertir un problema grande y complejo en varias tareas o desafíos más sencillos y fáciles.
  • ¡No vale comenzar de cualquier manera! Debemos priorizar las tareas y empezar por algo que sea importante y que sea un buen punto de partida para lo siguiente. Hay cosas que se tienen que tener hechas para poder seguir con otras. En el caso del puzle lo suyo es comenzar poniendo todas las orillas y así conseguir tener el marco del puzle listo. El marco nos guiará y ayudará a ubicar el resto de piezas.
  • Luego seguiremos con aquellas zonas del puzle más fáciles de resolver. Si vemos por ejemplo pocas piezas amarillas y que van juntas, comenzaremos por ellas, ¡seguro conseguimos montar un trocito bueno de forma rápida! Lo mismo ocurre al resolver problemas. En vez de quedarnos atascados en una tarea que no sabemos resolver, podemos comenzar por otra que sí sepamos, y que de paso puede que nos ayude con la siguiente.
  • Seguro que cuando hacemos un puzle nadie acierta a la primera intentando unir dos piezas. Lo normal es ir probando una pieza y otra hasta dar con una que cuadre. Practicamos lo de “prueba y error” tan necesario en el aprendizaje experimental. Al resolver problemas nos pasa igual. Podemos probar una solución que parece buena y darnos cuenta luego que no sirvió, debemos buscar otra “pieza” (otra solución) hasta dar con la adecuada.
  • Mientras vamos poniendo las piezas del puzle, vamos poco a poco avanzando casi sin darnos cuenta. Al centrarnos en cada paso nos quitamos el agobio del resultado final. Lo mismo resolviendo problemas. Si hemos definido mini tareas y establecido un recorrido para llegar a nuestro objetivo, debemos centrarnos en avanzar y hacer bien cada una de las tareas o etapas, sin obsesionarnos en el resultado final. Si el camino está bien trazado, ¡llegaremos seguro!

La capacidad de resolver problemas y tomar decisiones es una habilidad clave en el mundo adulto hoy en día.

Solo los humanos podemos lidiar con la incertidumbre y la volatilidad de decisiones complejas. Es una súper ventaja que tenemos frente a la digitalización y robotización de los puestos de trabajo. ¡Potenciémosla en nuestros niños!

Un buen complemento al trabajo que hagáis como padres o madres en casa, y al que puedan desarrollar los niños de forma espontánea con el juego y el aprendizaje escolar, es nuestro curso Resolución de Problemas y Toma de Decisiones especialmente diseñado para niños.

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