Upsoftskills - Herramientas de éxito

¿Cuáles son tus herramientas de éxito?

Si fuéramos a jugar un partido de fútbol, sabiendo que tenemos a Messi en nuestro equipo, seguramente entraríamos al campo ya intuyendo que vamos de ganadores. Lo que pase después, durante el juego, y cómo sea el resultado final, bueno, habrá que verlo. Pero la seguridad de entrar a jugar sabiendo que tienes a Messi en la delantera, ya te permite ir tranquilo.

De igual manera, si pensamos en algunos de los ejércitos más notables de la historia, cada general, sabía exactamente con qué contaba entre sus filas, y sabía qué era más eficiente usar en cada momento de la batalla. Había una lógica de ataque, en las distintas fases del enfrentamiento. No era al azar que salieran ciertas armas primero, y otras quedaran para el final. Se tenía una estrategia que respondía a las capacidades de la propia escuadra, y a las características del adversario, considerando además las condiciones del entorno, desde el clima hasta la geografía.

En el ambiente laboral, ponemos al servicio de nuestro trabajo, el aprendizaje y la experiencia que llevamos con nosotros, y sabemos de lo que somos capaces. Pero, ¿qué pasa con las habilidades blandas?. ¿Qué pasa con esas aptitudes que aprendimos – o no – de manera quizás causal, quizás por coincidencia o circunstancias? ¿Contamos realmente con ellas? ¿Podemos considerarlas parte de nuestras herramientas?

Las cosas que estudiamos y aprendemos a conciencia, tenemos la certeza de que son un activo en nuestro patrimonio intelectual. Si aprendimos un idioma, y nos toca tener una reunión o hacer una presentación en ese idioma, sabemos perfectamente si somos capaces de hacerlo, o no. Podrá generarnos más o menos ansiedad, por la audiencia o la situación, pero no tenemos la duda si esa competencia es parte de nuestro bagaje o no.

Si nos invitaran a un paseo a caballo entre valles y montañas, ciertamente no tendríamos dudas de si sabemos o no montar a caballo. Alguien puede decir “hace años que no lo hago…”, pero en habilidades tan concretas como ésta, cada uno tiene claro si las tiene o no. Podrá pasar que alguien con mucha experiencia un día se caiga. ¡Sí, claro!. Nada impide que a pesar de la práctica y conocimiento, algo falle. Una caída la puede tener hasta el más hábil jinete. Pero la razón no sería: “es que no tenía claro si sabía montar o o no”.

Y así, en cualquier orden de cosas, cada persona sabe en lo que es bueno y en lo que no, sea porque lo estudió, porque se formó, porque con el tiempo ganó la experiencia, porque los demás se lo han dicho o reconocido, o por una combinación de éstas. Pero ¿será igual para las habilidades blandas?

Dado que no se estudian de manera estructurada, malamente podremos tener un título que avale que estamos dotados con esa habilidad.

Será nuestra propia experiencia la que nos dará la respuesta. Hagamos entonces un poco de introspección y evaluemos nuestro actuar. Si además preguntamos a terceros sobre nosotros, probablemente identificaremos cuáles son las herramientas con las que contamos para enfrentar nuestro día a día, en todos los ámbitos en que nos toca relacionarnos.

Tener claras cuáles son nuestras herramientas, nos permite desenvolvernos con soltura y seguridad, porque sabemos cómo vamos a reaccionar frente a una determinada situación, con la lucidez de saber cuáles son nuestros límites. Sabremos así en qué situaciones estaremos más cómodos y cuáles circunstancias deberíamos evitar si podemos.

El poder estudiar y prepararnos en el terreno de las habilidades blandas, es la forma de transformar en herramientas tangibles, estos poderosos “activos intangibles”. Cuanta más conciencia de ellos tengamos, mejor uso podremos darles, y más serenos estaremos para afrontar las situaciones que se nos presenten.

En un mundo cambiante y dinámico como el que estamos, tener claras las herramientas con que uno cuenta, es en sí una herramienta más.

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