Consejos para un buen uso de pantallas en el hogar

Vivimos en un entorno digitalizado y todos, niños incluidos, estamos cada vez más expuestos a pantallas. Como padres somos testigos de lo mucho que atrapan las pantallas a los niños y nos preguntamos: ¿cuándo el consumo de pantallas empieza a ser perjudicial?, ¿hata qué punto es limitante el uso de pantallas?, ¿qué debemos o podemos hacer para que esto no ocurra?

En el post de hoy te damos algunas pautas para un sano uso de las pantallas en casa. Responderemos cuestiones como:

  1. ¿Cuál es el consumo recomendado de uso de pantallas según edad?
  2. ¿Cuál es el efecto del mal uso de las pantallas?
  3. Pautas recomendadas para seguir en casa

Las pantallas nos facilitan la vida, es cierto. Es increíble lo que podemos conseguir en un par de clics, desde tener la compra en casa, acceder a noticias de todo el mundo, comunicarnos con nuestros seres queridos que están lejos, jugar y divertirnos, aprender de distintas cosas, y ¡hasta encontrar pareja!

Pero, como todo, las pantallas no tienen solo cosas buenas. Un mal uso de las pantallas entraña riesgo para la salud tanto física como mental de las personas y en especial, de los niños. Por ello debemos tomar las medidas necesarias para prevenirlos.

¿Cuál es el consumo recomendado de uso de pantallas según edad?

La Asociación Americana de Pediatría lo tiene claro y aconseja como tiempos máximos según edad, los siguientes:

  • Niños de 0-2 años: no deben hacer uso de pantallas.
  • Niños de 2-6 años: entre 30 minutos y 1 hora al día.
  • Niños de 7-12 años: 1 hora con la supervisión de un adulto.
  • Preadolescentes y adolescentes de 12-15 años: 1 hora y media.
  • Adolescentes: + 16 años: 2 horas.

Es cierto que hay momentos en que podemos permitirnos excepciones y es también cierto que cada familia, a partir de esta recomendación, puede establecer su  propias normas, pero siempre siendo conscientes que mientras más nos alejamos de esta pauta marcada por los expertos en pediatría, más perjudicial podrá ser el efecto en nuestros niños.

¿Cuáles son los efectos del mal uso de las pantallas?

Está demostrado que el mal uso de las pantallas, ya sea por exceso de tiempo de uso, como por la forma en que las usemos, está asociada a los siguientes problemas:

  • Sobrepeso y obesidad. Porque el tiempo que usamos para pantallas lo quitamos a actividades que implican movimiento.
  • Salud ocular. Mirar fijamente la pantalla de un dispositivo por mucho tiempo tiene claros perjuicios para nuestra vista.
  • Déficits de atención. Porque nos acostumbramos a que haya estímulos permanentemente que van llamando nuestra atención. Cuando no los hay, nos empieza a resultar imposible mantener la atención.
  • Nerviosismo y necesidad de movimiento. No es natural, sobre todo en los niños, estar tanto tiempo quieto. Las ganas de moverse se acumulan y suele resultar en que los niños estén más nerviosos de lo normal.
  • Habilidades sociales y psicolingüísticas. Cuando jugamos en la ‘vida real’ suelen aparecer situaciones que nos ponen a prueba y que nos hacen desarrollar otras habilidades gracias a la interacción con otros. Aprendemos palabras desconocidas que otros mencionan, aprendemos a resolver conflictos con los demás. Por ejemplo, si monto un lego y mi hermano me lo rompe, ese conflicto es una oportunidad de desarrollo social para el niño, que no ocurre nunca en el mundo virtual.
  • Comportamientos antisociales. Hay niños que se acostumbran a interactuar de forma virtual y luego les cuesta muchísimo relacionarse con otras personas en el mundo real. No saben cómo acercarse, no saben cómo conseguir lo que quieren de otros, no saben cómo reaccionar ante situaciones de conflicto.
  • Conciliación y mantenimiento del sueño. La estimulación cerebral que genera el uso de pantallas nos deja en modo alerta por un buen rato y nos impide descansar. La luz azul influye en la conciliación y mantenimiento del sueño. Esto es especialmente importante si el uso de pantallas ocurre cerca de la hora de dormir.
  • Desempeño escolar. Porque el uso de pantallas suele ocupar un tiempo valioso para hacer deberes y estudiar

Pautas recomendadas y líneas rojas

Con el diagnóstico claro, veamos ahora algunos consejos para hacer un buen uso de pantallas en casa:

  • Establecer un horario fijo para el uso de las pantallas. Igual que los niños tienen un horario para ducharse o cenar, deben tener un horario para pantallas y ceñirse a él. El horario debe incluir el tiempo permitido.

En la página web de la Academia Americana de Pediatría, se puede crear un plan de consumo mediático para la familia. Muy recomendable.

  • Los momentos de uso de pantallas no deben coincidir con las horas de comer o cenar para que no interfieran en la comunicación familiar.
  • Se debe evitar su uso una hora antes de dormir debido a la influencia de la luz azul, que altera el sueño.
  • El contenido que consuman los niños debe ser acorde con su edad.
  • Las pantallas deben estar en zonas comunes, no en las habitaciones. Es conveniente que sean propiedad familiar o de los padres, pero no particular de los niños.
  • Las pantallas no deben ser un calmante ni tampoco un antídoto contra rabietas, aburrimiento o para que los niños estén tranquilos. El niño poco a poco debe aprender a salir de esos estados sin la necesidad de un elemento externo. Esto es clave para evitar dependencias en el futuro.

Quizás esto te parezca algo utópico o demasiado difícil de cumplir. Puede que lo sea, pero es que recién ahora comienzan a conocerse los efectos adversos del mal uso de pantallas. Si probablemente arrastramos algunos malos hábitos, poco a poco debemos ir adecuando nuestro consumo de pantallas a partir de este “escenario ideal”. Cada paso que demos en esa dirección, por pequeños que sean, redundará en la salud y bienestar de nuestros hijos. ¡Ánimo!

¿Es bueno asignar tareas del hogar a los niños?

Al respecto encontraremos sin duda opiniones divididas. Mientras hay quienes sostienen que la infancia debe estar exenta de las “tareas de adultos”, la mayoría apunta a que es necesario y beneficioso que las hagan desde pequeños.

En este post te contaremos:

  1. ¿Qué tipo de tareas pueden realizar los niños?
  2. ¿Qué beneficios tiene que las hagan?
  3. ¿Cómo podemos asignar tareas de forma efectiva?

¿Qué tipo de tareas pueden realizar los niños?

En nuestra opinión es fundamental que involucremos a los niños desde pequeños en la realización de distintas tareas dentro del entorno familiar.

Las tareas que pueden realizar dependerán tanto de su edad biológica como de su madurez o edad psicológica.  

Aunque parezca algo pronto, ya a partir de los 2 años es posible introducir la realización o al menos la participación en distintas tareas del ámbito familiar. Lo suyo es comenzar con tareas sencillas, como puede ser la recogida de juguetes.

Conforme se van haciendo mayores, podemos ir avanzando hacia actividades como llevar el pijama al aseo a la hora del baño, llevar su ropa sucia al cesto, poner su vaso, cubiertos y plato para comer, e incluso tirar los desperdicios a la basura.

Al inicio y si son muy pequeños, podemos simplemente pedir que nos acompañen a hacer la tarea mientras la hacemos nosotros. Poco a poco iremos dejando que las hagan ellos con nuestra supervisión y mostrándonos como facilitadores para que la tarea se lleve a cabo con éxito.

En la medida que van creciendo, debemos ir introduciendo actividades nuevas y de mayor responsabilidad para el niño, como elegir su propia ropa, asearse, supervisar a un hermano pequeño, cuidar de que la mascota esté alimentada, hacer la cama y recoger los platos, por nombrar algunas.

Un adolescente debe ya ser autónomo en cuanto a su aseo personal y el de su habitación. Probablemente esto es de lo que menos les gusta. Parece que se movieran con más comodidad en un ambiente de desorden, pero pese a esto, debemos intentar que no deleguen en terceros todo lo relacionado al orden de su habitación.

¿Qué beneficios tiene que los niños hagan tareas del hogar?

Los beneficios de la participación de los niños en tareas del hogar desde pequeños son muchos. Entre ellos destacamos:

  • Fomento de su Autoestima y Autoconcepto. Cuando el adulto les hace partícipes de actividades de mayor responsabilidad, los niños normalmente se siente valorados, se sienten importantes y tienden a querer hacerlo bien para poder abordar tareas que impliquen cada vez mayor responsabilidad.
  • Motivación y Concentración. Cuando segmentamos las actividades haciendo actividades más pequeñas, contribuimos a la atención y concentración del niño.
  • Desarrollo Motor. Sobre todo en niños en edad preescolar. Las tareas le ayudarán al desarrollo de la motricidad fina, el equilibrio, la coordinación mano-ojo, la utilización de las dos manos de forma conjunta, lo que mejorará su destreza en el uso de la pinza digital, fundamental para los años venideros y para un buen desarrollo académico.
  • Desarrollo del Lenguaje. Cuando comenzamos a realizar actividades, sin darnos cuenta ofrecemos multitud de palabras hasta ahora desconocidas, que el niño añadirá a su vocabulario.
  • Implantación de rutinas individuales y colectivas. Cuando sean más mayores, disponer de un horario de tareas sirve tanto para la implantación de rutinas como para la organización y manejo de los tiempos. También fomentaremos la colaboración y el trabajo en equipo.
  • Hábitos de cuidado y autonomía. Los hábitos de cuidado de uno mismo contribuyen a la autonomía. Los hábitos de cuidado de los demás, fomentan la empatía.  

¿Cómo podemos asignar tareas de forma efectiva?

Lo primero es adaptar las actividades al nivel de cada niño para que las tareas tengan un resultado exitoso.

Si los niños son ya mayores y no hemos comenzado, vayamos de a poco. Empecemos con actividades sencillas, aunque sepamos que ellos tienen capacidad para hacer más. Recuerda que nuestro objetivo no es agobiarles, sino ayudarles a crear el hábito.

Deberemos hacer atractivas las actividades para los más pequeños, ya que la atención no se puede captar si no existe motivación por la tarea. Una excelente forma de motivar es hacerlo a través del juego y, por supuesto, sirviendo a los niños de ejemplo e involucrándonos en las actividades que realicen.

La realización de actividades que impliquen limpieza, cocinar y el cuidado de otros, deben ser asignadas a todos los niños y no realizar distinciones por género, de esta manera fomentaremos la igualdad en el hogar y criaremos hijos igualitarios y solidarios.

Es muy importante tener paciencia. Los cambios no se producen de un día para otro.

Como veis, las tareas rutinarias del hogar nos ofrecen una excelente oportunidad para entrenar las ‘habilidades blandas’ de nuestros niños, claves en su desarrollo integral.

Cómo potenciar el Pensamiento Crítico en los niños

Dentro de las distintas habilidades ‘blandas’ que cobran cada vez más importancia en estos tiempos, está sin duda, el Pensamiento Crítico.

En este post te contaremos

  1. ¿Qué es el pensamiento crítico?
  2. ¿Por qué es tan importante?
  3. ¿Por qué fomentarlo en los niños?
  4. ¿Cómo podemos fomentarlo en casa?

¿Qué es el pensamiento crítico?

El pensamiento crítico es la capacidad que tenemos las personas para analizar y evaluar la información que recibimos, dejando de lado las emociones y los sesgos tanto internos como externos, para así conseguir una opinión objetiva de dicha información, una opinión que atienda a los argumentos.

¿Por qué el pensamiento crítico es tan importante?

Es tal la cantidad de información a la que estamos expuestos que se hace imperioso poder filtrar esa información y entender su contexto para poder formarnos una opinión objetiva.

Las redes sociales y los medios de mensajería instantánea han hecho que sea rapidísimo divulgar mensajes de todo tipo, lo que facilita que se extiendan muchas veces mensajes que no se ajustan a la realidad, o que sacados de contexto nos inducen a un pensamiento erróneo.

En este escenario es indispensable acostumbrarse a evaluar la información que recibimos en cuanto a quién dice el mensaje, a quién se lo dice, con qué objetivo y en qué contexto para poder mantener nuestra autonomía intelectual. De lo contrario seremos personas fácilmente manipulables, que bailarán siempre al son de lo que diga la mayoría.

¿Por qué fomentarlo en los niños?

Nuestros hijos no están ajenos a esta realidad. Ellos también necesitan aprender a asimilar información, comparar, analizar, aportar sus propias ideas y filtrar la información para  formarse opiniones lo menos sesgadas posibles.

El pensamiento crítico es una facultad básica para entender situaciones complejas, resolver problemas y tomar decisiones acertadas, tanto en el ámbito personal como en lo laboral.

En un mundo impredecible y de cambio permanente, nuestros niños van a necesitar más que conocimientos y la capacidad de comprensión para desenvolverse en el futuro. Deberán ser pensadores críticos con la capacidad de lidiar con lo inesperado.

¿Cómo podemos fomentarlo en casa?

  • Sin duda el juego es la primera herramienta que tenemos. A través del juego los niños aprenden la relación causa-efecto que es la base del pensamiento crítico. Un niño siempre debe tener tiempo para jugar.
  • Cuando se enfrenten a un problema o situación, intenta no darles la solución de forma inmediata. Déjales tiempo para que observen y analicen. Puedes guiarlos haciéndoles preguntas que le motiven a pensar. En su vida futura les será más útil hacerse las preguntas adecuadas que tener todas las respuestas.
  • Los juegos de detectives, acertijos y laberintos son una forma divertida de estimular su pensamiento crítico.
  • Deja que se aburran y que tengan que salir ellos mismos de ese estado. No sintamos la responsabilidad de tenerlos ocupados y divertidos todo el tiempo. Del ‘aburrimiento’ pueden salir excelentes aprendizajes.
  • Permitámosles manipular los objetos (no peligrosos) y sus juguetes, dejando que se caigan o se desmonten sin arreglarlos nosotros inmediatamente. Recuerda que es necesario que dediquen tiempo a la observación para que puedan entender y pensar soluciones.
  • Si tu hijo no es tan pequeño, hazle preguntas que le hagan pensar. Por ejemplo, “¿por qué crees que hemos decido tomar este camino hoy y no el de siempre?” “¿Por qué crees que en la ciudad la velocidad permitida es más baja que en carretera?” Ante una primera respuesta fallida no le digas la correcta, sigue animándole con más preguntas tipo: “podría ser lo que dices, pero eso no resuelve el caso que…”… vale, ¿y entonces…?.
  • A los mayores, anímales a que te ayuden a reparar cosas de casa y, a los pequeños, invítales a que te acompañen y observen mientras las haces. Es genial si además le vas explicando lo que haces y por qué lo haces.  
  • Al ver una peli, escuchar las noticias o cualquier situación similar, comenta lo que pasa con él o ella. Es una excelente oportunidad para explicarle cosas como “esta persona dice eso porque ha visto aquello. El otro dice lo contrario porque lo ve desde esta otra perspectiva”.

En resumen, permíteles experimentar, no les soluciones las cosas a la primera, anímales a hacerse preguntas y mantener la mente abierta.

Y, si quieres dar un paso más allá, ten en cuenta que en UpSoftSkills contamos con un curso de Pensamiento Crítico, especialmente diseñado para niños, 100% online, que pueden hacer de forma autónoma, con sesiones divertidas y gamificadas de solo 15 minutos al día.

¡Ánimo! Probablemente los resultados no los aprecies de forma inmediata, pero a largo plazo, agradecerás haber ayudado a tu hijo o hija a desarrollar esta tan preciada habilidad.

‘Soft Skills’ en niños con Síndrome de Asperger

Estamos en la semana de conciencia sobre el autismo y en UpSoftSkills nos parece el momento ideal para lanzar nuestro nuevo curso de Gestión del Tiempo adaptado para niños y niñas con síndrome de Asperger.

Estamos convencidos de que todos los niñ@s deben tener las mismas oportunidades para desarrollar su potencial tanto en el ámbito de la educación, como a futuro, en el mundo laboral.

¿No sabes bien lo que es el síndrome de Asperger?

El Síndrome de Asperger en un trastorno del neurodesarrollo que se incluye dentro del espectro autista, y que afecta la forma en que las personas se comunican e interactúan con el mundo.

Como cualquier persona, cada individuo dentro del espectro tiene sus propias fortalezas y desafíos entre las cuales está la dificultad de comunicarse e interactuar con otras personas, que puede significar no presentar lenguaje, necesitar más tiempo para procesar la información que les llega, o no entender expresiones faciales u otro tipo de señales sociales cuando se relacionan con otras personas.

También pueden realizar comportamientos o conductas repetitivas, pensando o realizando la misma acción una y otra vez porque es algo que les agrada, y porque les ayuda a regular la propia ansiedad.

Las personas dentro del espectro también pueden encontrar muy angustiante el realizar cambios inesperados, por pequeños que sean. Y pueden padecer una sobrecarga sensorial, donde el ruido, el olor, el tacto y las luces brillantes, por ejemplo, pueden volverse muy dolorosos y abrumadores.

Todos estos desafíos, pueden hacer que sientan el mundo como algo aterrador y difícil de entender, por lo que a veces experimentan bloqueos o colapsos físicos y emocionales.

Si pensamos solamente desde el diagnóstico y su definición, podríamos pensar que las personas con Síndrome de Asperger sólo tienen dificultades: problemas de adaptación, restricciones, limitaciones, son inusuales, atípicos, no se ponen en el lugar del otro, no entienden el doble sentido, no son espontáneos, son demasiado directos, no demuestran emociones, son incapaces de sentir empatía. ¡Nada más alejado de la realidad!

Cada niño(a) y adolescente con Síndrome de Asperger tiene desafíos diferentes y si bien comparten la experiencia de sentir angustia y ansiedad de forma constante, además suelen contar con importantes talentos: mucha creatividad, reflexión, valentía, sentido del humor, entusiasmo, ambición, curiosidad, lealtad, pasión, emoción, fuerza, y amor.

¿Sabías que Einstein estaba dentro del Espectro del Autismo?

Pues sí, Albert Einstein, así como otros genios entre los que se cuentan Amadeus Mozart e Isaac Newton estaban dentro del espectro.

Según las estadísticas, 1 de cada 100 personas se encuentra dentro del espectro autista y se presenta en todas las etnias, razas y grupos económicos.

Es un número importante de personas por eso debemos trabajar en comunidad para apoyarlos e integrarlos, pero sin olvidar también el potenciar, abrazar y promover la riqueza de sus particulares recursos.

Habilidades Blandas en niños del Espectro Autista.

Trabajar con ellos en el desarrollo de todas sus habilidades es fundamental. Es necesario ayudarles a potenciar las habilidades blandas o ‘soft skills’ para que puedan desenvolverse en el mundo de forma más eficaz, permitiéndoles la regulación emocional cuando experimenten situaciones ansiosas y angustiantes, y promoviendo con ello el despliegue más eficaz de sus demás habilidades.

Este acompañamiento ha de ser con paciencia, dándoles todo el tiempo que sea necesario, proporcionándoles todos los ejemplos de situaciones que necesiten y ayudándoles a generalizar los nuevos aprendizajes, situación por situación, de manera que la sensación de autoeficacia se consolide.

Nuestro curso de Gestión del Tiempo se ha adaptado a este tipo de aprendizaje y pretende dar respuesta a sus particularidades. Éste es solo el primero de nuestros cursos especiales, a los cuales esperamos ir añadiendo muchos más.

gestion tiempo asperger

La integración es tarea de todos.

La integración de los niños y niñas con necesidades especiales es tarea de todos y no pasa necesariamente por grandes gestos, sino más bien por el cuidado de los gestos cotidianos: una charla en el parque, compartir un juego, tomarse un helado, etc. El objetivo es sencillo, producir un acercamiento, por pequeño que sea, que invite a conocerse. ¡La integración es tarea de todos!

Qué debemos tener en cuenta a la hora de elegir colegio.

Elegir colegio es una de las grandes decisiones a las que nos enfrentamos como padres. Es una decisión importante, allí nuestros hijos pasarán la mayor parte de su tiempo, harán amigos que probablemente duren toda la vida, y de alguna forma, influirá en su futuro profesional.

Comparar colegios no es tarea fácil, ya que entran en juego distintas cuestiones. Está claro que no solo priman las cuestiones académicas y la restricción presupuestaria que la familia pueda tener, sino que importan, y cada vez más, los valores que inspiren al centro, el ideal de personas que pretenden formar, y todo lo que redunde en un desarrollo integral de los niños y niñas.

Como especialistas que somos en Soft Skills o habilidades blandas, vemos que la importancia de que los niños desarrollen habilidades sociales, emocionales y cognitivas, está cada vez más presente en la hoja de ruta de muchos coles, sobre todos en los que apuestan por una educación acorde a los nuevos desafíos del mundo en que vivimos, en que el cambio es una constante.

Desde luego no existe el cole ideal, pero sí aquél que se acerque lo más posible a lo que estemos buscando, siguiendo nuestra propia valoración de los distintos atributos que ofrece cada uno.

Para simplificar el proceso de búsqueda, recomendamos tener en cuenta las siguientes cuestiones:

  • Ubicación geográfica del centro. Sin duda es más cómodo tener el colegio cerca de nuestro hogar, pero no debiera ser ese aspecto el único que condicione nuestra decisión. Si elegimos un centro que quede lejos, es importante saber los medios de transporte disponibles para llegar allí.
  • El presupuesto con que contamos. En este aspecto es importante tener en cuenta tanto la mensualidad, como el coste de matrícula si la hay, y todos los otros costes que no se ven a simple vista: comedor, transporte uniforme, material escolar, actividades complementarias, etc.
  • El idioma vehicular. Tener claro en qué idioma o idiomas se impartirán las clases. Hay muchas opciones al respecto y varían según cada comunidad autónoma. Interesa que la línea lingüística cuadre con nuestros intereses.
  • El ideario del colegio. Esto incluye no solo el hecho de saber si es colegio laico o religioso, sino también conocer dónde pone el centro el énfasis. Algunos coles priorizan las artes, otros los deportes, la tecnología o las ciencias. Además, hay que tener en cuenta la metodología de aprendizaje, que va desde la convencional, a los llamados métodos alternativos, muy de moda hoy en día, como pueden ser la metodología Waldorf o Montessori.
  • Tamaño de las clases. Interesa conocer cuantos alumnos hay en una misma clase, sobre todo si pensamos que nuestro hijo/a necesita de una atención más personalizada.
  • Homeschooling o cole en casa. Esto pasa por conocer las capacidades del centro para impartir las clases a distancia. Especialmente importante en estos tiempos de COVID.
  • Instalaciones del centro. Para esto es vital una visita presencial al centro elegido para conocer de primera mano las instalaciones, los patios, las aulas, los parques, el comedor. Pensemos que nuestro hijo o hija pasará diariamente muchas horas en ellas.
  • Otros servicios que el centro pueda ofrecer. Saber si el colegio ofrece comedor y si puede adaptarse a dietas especiales en caso de necesidad. Saber si el centro cuenta con orientadores o psicólogos que hagan un seguimiento del aprendizaje de los niños. Si cuenta con enfermería o médico permanente, biblioteca, aula informática. Saber si ofrece talleres para padres, extraescolares, aula matinera, aula vespertina, o cualquier otro servicio que nos pueda interesar.

Para hacernos la tarea más fácil, podemos confiar en herramientas externas como la que ofrece Micole, una plataforma neutral para buscar colegio en España, que permite a las familias identificar los colegios óptimos, entre los más de 34.000 centros públicos, privados y concertados que existen en el país, en función de sus preferencias y necesidades. Lo hacen en menos de 3 minutos gracias a un sencillo test.

Los padres deben contestar a preguntas relativas a aspectos como sus preferencias entre colegios públicos, concertados o privados, religiosos o laicos o la distancia al hogar. En base a sus respuestas, un algoritmo 100% neutral analiza más de 60 puntos de datos de cada colegio e identifica los óptimos para cada familia, que los ve automáticamente en su pantalla y recibe una copia en su correo.

Micole además ofrece un buscador muy potente, y una gestión de la búsqueda muy completa, donde con un solo clic las familias pueden solicitar visita o apuntarse a un Open Day. Su directorio de colegios es de lo más completo, e incluye información detallada sobre la oferta educativa, misión, valores, servicios e instalaciones de cada centro.

Si estás buscando colegio, te deseamos suerte en tu búsqueda y no olvides que no existe el colegio perfecto, sino uno o varios óptimos para cada familia en función de sus preferencias y necesidades.

Artículo realizado con la colaboración de Micole.net

Upsoftskills - Herramientas de éxito

¿Cuáles son tus herramientas de éxito?

Si fuéramos a jugar un partido de fútbol, sabiendo que tenemos a Messi en nuestro equipo, seguramente entraríamos al campo ya intuyendo que vamos de ganadores. Lo que pase después, durante el juego, y cómo sea el resultado final, bueno, habrá que verlo. Pero la seguridad de entrar a jugar sabiendo que tienes a Messi en la delantera, ya te permite ir tranquilo.

De igual manera, si pensamos en algunos de los ejércitos más notables de la historia, cada general, sabía exactamente con qué contaba entre sus filas, y sabía qué era más eficiente usar en cada momento de la batalla. Había una lógica de ataque, en las distintas fases del enfrentamiento. No era al azar que salieran ciertas armas primero, y otras quedaran para el final. Se tenía una estrategia que respondía a las capacidades de la propia escuadra, y a las características del adversario, considerando además las condiciones del entorno, desde el clima hasta la geografía.

En el ambiente laboral, ponemos al servicio de nuestro trabajo, el aprendizaje y la experiencia que llevamos con nosotros, y sabemos de lo que somos capaces. Pero, ¿qué pasa con las habilidades blandas?. ¿Qué pasa con esas aptitudes que aprendimos – o no – de manera quizás causal, quizás por coincidencia o circunstancias? ¿Contamos realmente con ellas? ¿Podemos considerarlas parte de nuestras herramientas?

Las cosas que estudiamos y aprendemos a conciencia, tenemos la certeza de que son un activo en nuestro patrimonio intelectual. Si aprendimos un idioma, y nos toca tener una reunión o hacer una presentación en ese idioma, sabemos perfectamente si somos capaces de hacerlo, o no. Podrá generarnos más o menos ansiedad, por la audiencia o la situación, pero no tenemos la duda si esa competencia es parte de nuestro bagaje o no.

Si nos invitaran a un paseo a caballo entre valles y montañas, ciertamente no tendríamos dudas de si sabemos o no montar a caballo. Alguien puede decir “hace años que no lo hago…”, pero en habilidades tan concretas como ésta, cada uno tiene claro si las tiene o no. Podrá pasar que alguien con mucha experiencia un día se caiga. ¡Sí, claro!. Nada impide que a pesar de la práctica y conocimiento, algo falle. Una caída la puede tener hasta el más hábil jinete. Pero la razón no sería: “es que no tenía claro si sabía montar o o no”.

Y así, en cualquier orden de cosas, cada persona sabe en lo que es bueno y en lo que no, sea porque lo estudió, porque se formó, porque con el tiempo ganó la experiencia, porque los demás se lo han dicho o reconocido, o por una combinación de éstas. Pero ¿será igual para las habilidades blandas?

Dado que no se estudian de manera estructurada, malamente podremos tener un título que avale que estamos dotados con esa habilidad.

Será nuestra propia experiencia la que nos dará la respuesta. Hagamos entonces un poco de introspección y evaluemos nuestro actuar. Si además preguntamos a terceros sobre nosotros, probablemente identificaremos cuáles son las herramientas con las que contamos para enfrentar nuestro día a día, en todos los ámbitos en que nos toca relacionarnos.

Tener claras cuáles son nuestras herramientas, nos permite desenvolvernos con soltura y seguridad, porque sabemos cómo vamos a reaccionar frente a una determinada situación, con la lucidez de saber cuáles son nuestros límites. Sabremos así en qué situaciones estaremos más cómodos y cuáles circunstancias deberíamos evitar si podemos.

El poder estudiar y prepararnos en el terreno de las habilidades blandas, es la forma de transformar en herramientas tangibles, estos poderosos “activos intangibles”. Cuanta más conciencia de ellos tengamos, mejor uso podremos darles, y más serenos estaremos para afrontar las situaciones que se nos presenten.

En un mundo cambiante y dinámico como el que estamos, tener claras las herramientas con que uno cuenta, es en sí una herramienta más.

Propósitos para el nuevo año… ¡También los niños!

A la hora de despedir un año, la mayoría solemos dedicar al menos un momento a pensar en lo que fue el año que se va. Balanceamos lo positivo que nos dejó, lo que conseguimos, lo que nos gustó, con aquello que resultó menos grato, lo que perdimos, las dificultadas que debimos enfrentar, lo que no hicimos tan bien. Identificamos además aquello que quedó pendiente y que quizás nos interese volver intentar el año que llega.

A partir de ahí, probablemente nos pongamos metas a cumplir en esos doce nuevos meses que están por delante. Porque como adultos que somos, sabemos que si algo no nos proponemos conseguirlo y trabajamos para ello, probablemente no llegará.

Esas metas debieran guiar nuestro camino a seguir y el pensar en ellas nos debiera llenar de entusiasmo e ilusión.

Este sano ejercicio, debiéramos también hacerlo con nuestros niños. El año que comienza es también para ellos una excelente oportunidad para pensar en los errores cometidos, aprender de ellos, identificar aquellas cosas que quieren conseguir y que les permitirá ir mejorando poco a poco.

El que sean niños y no tengan mayores responsabilidades, no se riñe con que puedan plantearse metas. ¡También ellos tienen sus aspiraciones!

Es importante además que entiendan que conseguirlas requiere de su propio trabajo y esfuerzo. A diferencia de los regalos que piden a los Reyes Magos o Papá Noel, el anhelar algo no es suficiente para alcanzarlo.

Es bueno que los niños sepan que las metas son las líneas que los seres humanos trazamos de manera imaginaria para superarnos en los distintos ámbitos de nuestra vida. Que sepan que cada una de las metas que se tracen en la vida va a servirles para conquistar una mucho mayor.

Aprovechemos además para enseñarles a nuestros niños que es importante conocer sus posibilidades y aptitudes para poder plantearse metas que sean realistas, alcanzables y que dependan de ellos. Que aprendan a reconocer las habilidades con las que cuentan, así como las que no. Que conozcan las cartas con las que juegan, y que sepan que aunque quizás no sean las mejores, pueden acabar ganando la partida si las usan correctamente.

No hace falta que hagamos con ellos un trabajo exhaustivo, a lo mejor basta con una simple conversación en noche vieja.

Por si os ayuda, hemos recopilado algunos propósitos infantiles sencillos, reales y alcanzables, para que tu hijo o hija elija aquellos que más le interesen. Es suficiente con que elija uno o dos, lo importante es que los asuma y los cumpla.

Propósitos infantiles para 2021

  • Llevar ordenada la agenda del cole y apuntar en ella todos los deberes que se indiquen
  • Dejar siempre preparada la mochila del cole la noche anterior
  • Decir buenos días a los padres con una sonrisa, aunque no siempre apetezca
  • Practicar lo de “si no tienes nada agradable que decirle al otro, calla”
  • Poner un despertador para levantarse de forma autónoma
  • Cuando vea la ocasión, ayudar a alguien sin que se lo pida
  • No repetir cotilleos o comentarios desagradables de algún compañero
  • Mejorar las notas de una asignatura concreta (ideal definir la nota a alcanzar)
  • Llegar siempre a la hora a una actividad determinada a la que suela retrasarse
  • Dejar todas las noches la ropa sucia en el sitio que tengáis en casa para ello
  • Guardar sus juguetes siempre antes de irse a dormir
  • Lavarse los dientes inmediatamente tras comer o cenar, sin esperar que se lo recuerden los padres
  • No hablar en clases cuando esté hablando el profesor o profesora
  • No decir palabrotas
  • No gritarle a nadie por enfado
  • Colaborar en casa con una tarea concreta que ahora no esté haciendo (poner la mesa, hacer su cama, dejar su vajilla sucia en la pila, etc)
  • Hacer las paces con algún amigo o amiga con quien se haya enfadado
  • Dedicar 15 minutos a leer todos los días
  • Ver los dibujos animados siempre en inglés o en otra lengua que esté aprendiendo
  • Intentar algo que no haya conseguido en 2020 (por ej, atarse el cordón de las zapatillas, hacer un puzzle de muchas piezas, ir al baño solo si es pequeño…)
  • No dejarse los deberes para última hora de la tarde
  • Hacer una extraescolar que le motive y que no haya iniciado
  • Conseguir tocar algún instrumento

Como decíamos, estas son sólo algunas ideas para inspiraros ¡seguro que si lo conversáis en familia aparecerán más y mejores propósitos para 2021! ¿Os animáis?

Upsoftskills - Curso Habilidades esenciales para el éxito 2

Habilidades, o se practican o se pierden.

Al final del día, alguien con mucho talento natural para un deporte o para algún instrumento, si no le dedica tiempo a entrenar y practicar, tendrá probablemente un peor resultado que alguien con menos “dedos para el piano”, pero que tenga mucha disciplina y dedicación.

Lo mismo sucede con nuestras Habilidades Blandas.

Por ejemplo, pensemos en la Empatía. Podemos leer todo lo relacionado con ella, entender cómo se genera y en qué situaciones se despierta, pero mientras no lo apliquemos en el día a día, será sólo un conocimiento teórico, inerte, y por demás inservible.

Para desarrollar la empatía debemos practicar con cierta frecuencia el ejercicio de mirar desde la perspectiva del otro, sin juicios, sin sanciones, para llegar a ser capaces de entenderlo, con toda la generosidad que esto implica. Cuanto más seguido lo hagamos, incluso con las situaciones más irrelevantes, más natural nos resultará.

Sólo desde la vivencia de la Empatía, llegaremos a incorporarla a nuestro actuar. 

Podemos por su parte descifrar la lógica del Pensamiento Creativo. Llegar a conocer qué áreas del cerebro se estimulan en todo proceso de creación y aprender de distintos expertos cuáles son las condiciones que lo favorecen, pero todo esto no basta.

Hay que dar el paso, atreverse a pensar distinto, a ser divergente, a arriesgar en lo que no se ha intentado, a permitirse repetir lo que falló antes pero darle un giro para que ahora sí resulte. Hay que soltar la rienda racional que tanta seguridad nos genera, y dejar fluir la veta creativa que todos tenemos.

Y no sirve hacerlo una vez, o dos, hay que hacerlo muchas veces. Sólo así podremos liberar nuestra creatividad.

Podemos comprarnos agendas de todo tipo, calendarios, y hasta un programa informático para Administrar nuestro Tiempo. Pero ni eso, ni el reloj más completo del mercado con todo tipo de alertas y alarmas, nos ayudará a gestionar eficientemente nuestro tiempo, si no hemos practicado antes el uso de la herramienta que hayamos decidido utilizar.

Administrar el Tiempo es una disciplina que también requiere práctica permanente. Por una parte, requiere la capacidad analítica y racional de poder planificar, estimar tiempos y definir plazos. Pero luego viene la dinámica de implicar estos planes, lo que además requiere de la voluntad de ejecutarlos.

Y no hablamos solo de las obligaciones laborales, que la mayoría acaba cumpliendo, sino de los compromisos para con nuestra familia, para con los amigos, y por supuesto con nosotros mismos. Respetar esos espacios es algo que debemos practicar día a día, hora a hora.

Podemos aceptar que todos cometemos errores. Podemos haber superado la culpa de equivocarnos, la vergüenza del fracaso, o la rabia de fallar. Podemos incluso tener la humildad de comprender que un error reiterativo es una decisión (aunque sea involuntaria).

Pero mientras no estemos entrenados para salir engrandecidos del error, nada apunta a que aprenderemos de nuestros errores la próxima vez.

Requiere práctica el saber salir del pantano de lamentarse por haber actuado como se actuó, o de cuestionarse reiteradamente los escenarios posibles. Requiere práctica el identificar el aprendizaje detrás del error y levantarse con el inmenso valor de la experiencia.

Podemos haber superado el estrés que genera Tomar Decisiones. Podemos tener lucidez para analizar los efectos de cada elección que hagamos. Podemos incluso disfrutar de tener más de una alternativa. Quizás, podemos hasta haber superado la fragmentación de tener que dejar algo de lado, asociado a toda decisión que se toma.

Pero de nuevo, requiere práctica que el proceso de Toma de Decisiones fluya como sangre por las venas. Requiere práctica que la Toma de Decisiones venga de la mano de la tranquilidad, y que se puede convivir armónicamente con la incertidumbre de lo que hubiera ocurrido de haber elegido distinto.

El análisis es el mismo para todas las habilidades que podamos pensar.

Seguramente, de manera teórica y conceptual conozcas bien las Soft Skills claves para tu éxito, aunque probablemente falles con algunas a la hora de tener que aplicarlas. ¡Seguro es por falta de práctica!

En UpSoftSkills queremos que no ocurra lo mismo a los adultos de mañana. Pretendemos entregar a los niños de hoy no sólo los conceptos, sino también las herramientas prácticas que les van a permitir desarrollar desde pequeños las Habilidades Blandas que los definirán como personas, y los distinguirán como profesionales.

UpSoftSkills, cursos online de habilidades blandas para niños y niñas.

Upsoftskills - Empatía y control de las emociones

Empatía, la habilidad de ponerse en los zapatos del otro

Si bien el término Empatía lo ha divulgado la psicología contemporánea y probablemente nuestros abuelos no hablaran de ella, no es nada nuevo.

El concepto ha existido siempre, y es parte esencial de la naturaleza del ser humano. Se vincula con nuestras nociones más tradicionales de compasión y generosidad y, entre otras cosas, es lo que nos mueve a ayudar a otros.

Por definición, Empatía es la capacidad que tienen las personas de sentir en su propio cuerpo las sensaciones que otro está sintiendo. Por eso, lo de ponerse en los zapatos del otro, caminar con ellos y ver el mundo desde esa perspectiva, ¡nos parece la metáfora perfecta para explicarlo!

Opuestos a la empatía son el egoísmo y la antipatía. Para poder comprender lo que el otro está pensando o lo que el otro está sintiendo, necesitamos dejar de lado nuestra forma de pensar y nuestros propios sentimientos por un momento.

De ahí que ser empático no siempre es sencillo. Para lograrlo es necesario ir más allá de uno mismo e intentar hacer interpretaciones basadas en la mirada del otro y no en la propia.

¿Por qué es la empatía una herramienta valiosa?

  • Mejora nuestras relaciones sociales al motivarnos a entender de verdad al otro.
  • Genera apertura de mente. Nos hace mirar situaciones desde otros puntos de vista.
  • Mejora los resultados de trabajar en equipo.
  • Desarrolla la aceptación de quienes son diferentes, favoreciendo una  convivencia más armónica.
  • Contribuye al desarrollo de la inteligencia emocional, ya que mejora el conocimiento e identificación de las emociones.
  • Fortalece los lazos amistad, el sentimiento de sentirse querido y por tanto, la autoestima.
  • Favorece el desarrollo emocional, al hacernos poner la atención fuera de nosotros mismos.

Las personas traemos “de serie” el chip de la empatía, pero en un mundo en que nos centramos cada vez más en el bienestar personal y de nuestro entorno cercano, vemos fundamental el potenciar el desarrollo de esta habilidad, idealmente comenzando en edades tempranas. ¡Ya sabemos que todo lo que trabajemos de pequeños lo tendremos incorporado de mayores!

Además, las niñas y niños son pura emoción y por tanto, son un terreno fértil donde sembrar las semillas de la empatía.

¿Cómo potenciar la empatía en los niños y niñas?

Aquí unos sencillos consejos aplicables al día a día.

Cuando miréis con vuestros hijos e hijas una peli, cuando os cuenten algo que haya ocurrido en el cole o con los amigos, aprovechad de hacer preguntas como las siguientes:

  • ¿Qué ocurrió a (el personaje)?  
  • ¿Cómo crees que se sintió?
  • ¿Por qué crees que se sintió así?
  • ¿Te hubieras tú sentido igual si te hubiera pasado a ti?
  • ¿Te has sentido así alguna vez?
  • ¿Qué tendría que pasar para que la historia tenga un final feliz?

¿Qué debemos evitar como adultos?

Con nuestros niños y niñas, debemos evitar acciones y comentarios que impiden el acercamiento. Los más típicos son los siguientes:

  • Quitar importancia a lo que le preocupa o calificarlo de tonterías.
  • Escuchar con prejuicios e interpretar lo que le ocurre desde nuestras creencias.
  • Juzgar su comportamiento, sin más.
  • No dejarle hablar ni darle tiempo a explicarse.
  • Compararle con otros.
  • Ponernos como ejemplo por haber pasado por experiencias parecidas.

Finalmente, para quienes tengan interés en que sus hijos avancen en el desarrollo de la empatía, en UpSoftSkills hemos desarrollado un curso especialmente diseñado para niños y niñas. Con cortas y divertidas sesiones de 10-15 minutos al día, que se hacen de forma online y totalmente autónoma, los niños y niñas darán un gran salto en el desarrollo de esta valiosa habilidad.

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Upsoftskills - Curso aprender de los errores para niños

¡Enseñemos a los niños a aprender de sus errores!

“Si no estás preparado para equivocarte, nunca darás con nada original ni que merezca la pena”.

Cuando leemos estas palabras de Ken Robinson, casi todos parecemos asentir y estar de acuerdo con ellas. ¡Suenan genial!

Pero si lo analizamos con honestidad, para muchos ésta es solo una frase cliché, unas cuantas palabras bonitas carentes de significado. Es que nuestra sociedad no es realmente tan condescendiente con el error y seguimos viendo un vínculo firme entre error y fracaso.

Reconozcámoslo, ¡a todos nos encanta tener la razón! Nos llena de satisfacción ser los que más acertamos, lo que mejor predecimos, los que nuca se equivocan. ¡Qué no daríamos por ser infalibles!

Y es que, a pesar de que el sentido común nos lleva a darle la razón a Robinson, nuestros patrones mentales suelen tratar de ahuyentarnos del error a toda costa.

Por qué. Pues porque por definición el error es una acción, decisión o juicio que produce un resultado no deseado, o no intencional. Lo entendemos como una equivocación, un desacierto, aquello que no nos lleva a conseguir lo que deseamos. Por lo tanto, normalmente lo consideramos un fracaso, y ¡a nadie nos gusta fracasar!

Sin embargo, y aunque es correcta, esta definición no hace justicia a la dimensión del error. No reconoce el enorme valor que tiene como fuente de aprendizaje.

El error se puede cometer por distintos motivos. Si es por desconocimiento, viene a demostrar que hay algo que no sabíamos, si es por un malentendido, es un síntoma de que deberíamos prestar más atención en ciertas situaciones, si es por prisas, es una señal de que para ciertas situaciones debemos detenernos y actuar con calma… si el resultado no es el deseado, es indicativo claro de que tendremos que probar otra solución.

El error sólo es una equivocación si no se genera un cambio, un aprendizaje.

Cierto es que como adultos responsables debemos intentar hacer las cosas bien a la primera, evitar los errores, equivocarnos lo menos posible, pero esto se refiere más bien a aquellos errores que se pueden evitar.

El intentar hacer las cosas bien no debe estar reñido con tener una reacción constructiva cuando nos equivocamos. Es decir, en vez de frustrarnos debemos poner nuestra energía en analizar por qué hemos fallado y qué tenemos que hacer para que no vuelva a ocurrir.

Esto es clave y es lo que se conoce como “aprender de los errores”. Esta es una habilidad tremendamente importante y que en UpSoftSkills creemos que deberíamos inculcar desde edades tempranas.

Los niños lo necesitan más que nadie. Ellos están en pleno proceso de formación en casi todos los ámbitos de la vida. ¡Están constantemente equivocándose! Además, en lo académico se les mide permanentemente en cuanto a aciertos y errores, por eso es muy fácil que caigan en asociar fácilmente error a fracaso.

Esto es un riesgo. Fácilmente puede mermar su autoestima, su creatividad y sus ganas de pensar de forma diferente. El miedo al error es la principal barrera para progresar y desarrollarse.

Es una necesidad enseñar a los pequeños el enfoque positivo ante el error, enseñarles a buscar el aprendizaje detrás, enseñarles a transformar una equivocación estéril en un aprendizaje útil.

¿Cómo ayudar a nuestros niños y niñas a aprender de sus errores?

Aquí te damos algunos sencillos consejos:

  • Intentar entender la respuesta del niño o niña

A veces una respuesta “errónea” viene de un razonamiento que hace el niño o niña, que tiene lógica desde su perspectiva. Es mejor una respuesta razonada, aunque incorrecta, a una respuesta correcta dicha de memoria sin entendimiento.

  • Dar la motivación y la posibilidad de corregir el error

Si explicamos por qué no es correcta la respuesta del niño o niña, y le damos pistas para que llegue por sus propios medios a la respuesta adecuada, lo aprenderá mucho mejor que si simplemente le damos la respuesta correcta. Además, el haber sido capaz de corregirse les genera una sensación de éxito personal y fomenta su autoestima. Les hace sentirse capaces.

  • Intentar entender lo que motivó el error

A lo mejor el niño o niña está inusualmente desconcentrado, pero es porque hay alguna situación de fondo que lo tiene intranquilo o le preocupa. Si suele cometer errores cuando está con prisas, debemos trabajar sobre esto, si comete más errores cuando está cansado, pues fomentaremos que las tareas difíciles las haga a primera hora. No nos quedemos solo en que “se equivocó”.

  • Dejar claro que en casa se permiten los errores

Los niños necesitan “permiso” para equivocarse. Deben sentir y saber que está bien equivocarse y que esa es también una forma de aprendizaje. Por supuesto, no restamos importancia a la necesidad de enmendar los errores y aprender de ellos, para que no se vuelvan a repetir.